Siria
La República Árabe Siria, con Damasco como su capital, se encuentra en el oeste del continente asiático. Está compuesta por catorce provincias y abarca una superficie de 185,180 kilómetros cuadrados. La etimología del nombre «Siria» se atribuye a diversas teorías; una de ellas sugiere que proviene de la antigua realeza asiria, al cambiar la letra «ش» por «س». Otra narrativa sostiene que su origen se relaciona con Sam, hijo de Noé, lo que llevó a denominar la capital como «El Cham». Los hallazgos arqueológicos y los estudios históricos indican que Siria es uno de los países con las huellas de la humanidad más antiguas, datando su historia de hace más de dos millones de años. A lo largo de este tiempo, ha sido el escenario de múltiples civilizaciones, como la aramea, la bizantina y la romana, además de las civilizaciones islámicas, incluyendo las dinastías omeya y abasí, culminando con la otomana, que finalizó tras la Primera Guerra Mundial. Siria también estuvo bajo ocupación francesa, pero logró declarar su independencia en 1920. Su ubicación estratégica y tierras fértiles han atraído a muchos a lo largo de la historia, convirtiéndola en un destino rico en patrimonio cultural. En este artículo, exploraremos los monumentos históricos más significativos de Siria.
Monumentos de Siria
Existen numerosos monumentos importantes en Siria, destacando los siguientes:
La Mezquita de los Omeyas
Situada en el corazón de la antigua ciudad de Damasco, la Mezquita de los Omeyas era previamente un mercado en épocas pasadas. Posteriormente, se convirtió en un templo arameo dedicado al dios Hadad. En el primer siglo d.C., cuando el Imperio Romano estableció su control sobre Siria, construyeron un templo en honor a su dios Júpiter, el cual fue transformado en una iglesia romana. Con la llegada del califato islámico, particularmente durante la dinastía omeya, la iglesia fue dividida y un lado se convirtió en mezquita, hasta que el califa omeya al-Walid ibn Abd al-Malik decidió convertir la estructura por completo en mezquita, proceso que llevó aproximadamente diez años y culminó en el año 705 d.C., adornándola con impresionantes mosaicos.
La mezquita posee cuatro cúpulas, una de ellas prominente y las otras tres en el patio. Además, cuenta con tres minaretes y cuatro puertas. Cabe destacar que en 2001, el Papa Juan Pablo II visitó este recinto, un acontecimiento sin precedentes, ya que fue la primera vez que un líder religioso cristiano entraba a una mezquita en la era moderna.
El Monasterio de San Moisés el Ethiopico
Este monasterio pertenece a la Iglesia Siria y fue fundado en el siglo VI d.C., ubicado en la región de Qalamoun, a aproximadamente 80 kilómetros al norte de Damasco. Es célebre por su hermoso diseño, caracterizadas inscripciones en las paredes y pinturas decorativas, además de cruces esculpidas que adornan las puertas de la iglesia. Es relevante mencionar que este monasterio fue restaurado en 1556. El monasterio incluye tres naves que se extienden desde el oeste hasta el este, donde se encuentra el gran minbar, así como una cúpula coronada por una gran ventana.
La Ciudadela de Damasco
La Ciudadela de Damasco toma su nombre de su localización, situada al norte de la capital siria. Este sitio histórico abarca un área de aproximadamente 33,176 metros cuadrados. Su construcción se atribuye a Atzaz ibn Auq en el año 1076 d.C., durante la época del reino seljúcida. Más tarde, en la era ayubí, la fortaleza fue ampliada bajo la supervisión del hermano de Saladino, el rey Abu Bakr ibn Ayyub, y sirvió como sede del califato hasta que este se trasladó a Egipto. Durante el periodo mameluco, en 1506, la ciudadela se transformó en el cuartel general para los gobernantes que llegaban a evaluar la situación en Siria. La fortaleza está rodeada por un foso de 20 metros de profundidad y cuenta con tres puertas y doce torres.