Consecuencias Psicológicas
Los terremotos y otros desastres naturales pueden tener un impacto devastador en comunidades e individuos, resultando en daños severos que pueden incluir pérdidas humanas, daños económicos significativos, así como una influencia adversa en la salud mental de las personas. Estos eventos pueden dar lugar a una variedad de trastornos emocionales y conductuales en jóvenes, con un aumento de ansiedad y depresión entre los niños, además de causar destrucción de propiedades, un incremento en las cifras de fallecidos y heridas.
Incendios
Los incendios son uno de los daños más comunes que ocurren tras un terremoto. Las fisuras en el suelo pueden romper y causar fugas en las tuberías de gas y agua, y destruir las líneas eléctricas, lo cual, junto a la pérdida de líquidos inflamables, crea un entorno propenso a incendios. Es relevante señalar que en 1923, aproximadamente 100,000 personas fallecieron, de las cuales más de 70,000 perdieron la vida a causa de incendios. Asimismo, los incendios derivados del terremoto de 1906 en San Francisco representaron la mayor parte de los daños causados.
Daños Materiales
Más allá de las trágicas pérdidas de vidas, los terremotos pueden acarrear costos que ascienden a miles de millones de dólares en reparaciones. Por ejemplo, el terremoto que azotó Japón en 2011 generó unos costos aproximados de 232 mil millones de dólares en reparaciones. Igualmente, el terremoto en Indonesia en 2004 tuvo un impacto económico de alrededor de 8.4 mil millones de dólares en daños, lo que, además de los efectos en la economía local, conlleva la destrucción de la infraestructura vital.
Tsunamis
Algunos terremotos pueden generar efectos secundarios devastadores, como el tsunami. Este término, de origen japonés, se traduce como «ola de puerto» y se refiere al desplazamiento vertical súbito del lecho marino provocado por terremotos, deslizamientos de tierra submarinos, o erupciones volcánicas. En 1896, un terremoto frente a las costas de Japón generó tsunamis con olas que alcanzaban entre 3 y 30 metros de altura, resultando en la muerte de 22,000 personas.