Pérdida del feto
Un número considerable de mujeres experimentan la pérdida del feto durante el embarazo, ya sea por un aborto espontáneo o una expulsión, que usualmente ocurre antes de que el feto comience a respirar. En esta etapa, el peso del feto suele ser de aproximadamente quinientos gramos o incluso menos, y la mujer generalmente no habrá llegado a la semana trece de gestación. En la mayoría de los casos, la mujer no presenta síntomas evidentes a menos que haya un sangrado que lo indique. Cabe mencionar que algunas personas creen erróneamente que ciertas acciones o situaciones, como realizar tareas domésticas, hacer ejercicio o mantener relaciones íntimas, pueden desencadenar una pérdida del feto. Sin embargo, estas afirmaciones son infundadas, aunque se recomienda abstenerse de estas actividades cuando el médico lo sugiera. No obstante, el consumo de tabacos, ciertos medicamentos, sobre todo analgésicos y por períodos prolongados, puede provocar malformaciones congénitas en el feto antes de su pérdida.
Existen señales que pueden alertar sobre la inminente pérdida del feto y el final del embarazo, como la sensación de dolor en la parte baja de la espalda, una considerable disminución de peso, un sangrado repentino acompañado de moco rojo, y el desarrollo de coágulos. Las manifestaciones típicas del embarazo, tales como fatiga y náuseas, también pueden desaparecer. Las razones detrás de esta situación son variadas, y aquí abordaremos algunas de las más relevantes en detalle:
Causas de la pérdida del feto
Las causas o factores que pueden llevar a la pérdida del fetus incluyen:
- Causas genéticas: Estas suelen presentarse en mujeres que han experimentado varias pérdidas gestacionales, siendo más comunes en las primeras etapas del embarazo, especialmente en mujeres mayores de 35 años.
- Enfermedades del colágeno y de los vasos sanguíneos: Estas patologías pueden conducir a la pérdida del feto, ya que pueden generar anticuerpos que afectan los tejidos corporales, como el antígeno fosfolipídico, siendo la lupus eritematoso una de las enfermedades más destacadas.
- Alteraciones del nivel de azúcar: El manejo de los niveles de glucosa en sangre es complejo y puede provocar diabetes gestacional, la cual puede ser transitoria o persistir de manera crónica, convirtiéndose en diabetes tipo 1 después del parto. Este trastorno puede resultar en la pérdida del feto o en su supervivencia con altas probabilidades de malformaciones.
- Causas hormonales: Disfunciones de hormonas, como el cortisol, durante el embarazo (por ejemplo, el síndrome de ovario poliquístico o desequilibrios en las hormonas tiroideas) pueden conllevar a la pérdida del feto.
- Infecciones: La transmisión de ciertos microbios hacia el feto, especialmente a través de la placenta, puede resultar fatal. Entre los patógenos más significativos están el rubéola y el herpes.
- Anomalías anatómicas: Esto se refiere a irregularidades en el útero, como una posición anormal o malformaciones estructurales, así como la presencia de masas, especialmente linfáticas.
Señales de pérdida del feto
Existen ciertos signos en la mujer embarazada que pueden indicar una inminente pérdida del feto, por lo cual es crucial que aquellas que experimenten estos síntomas acudan de inmediato al médico para verificar la salud del feto y tomar las medidas necesarias para proteger tanto a la madre como al bebé:
- Leves manchas de sangre provenientes de la vagina.
- Sangrado vaginal acompañado de dolor intenso.
- Pérdida de un líquido transparente en grandes cantidades desde la vagina.
En caso de que aparezcan estas señales, el médico llevará a cabo un examen del útero y la vagina, verificará la apertura del cuello uterino y confirmará la presencia del feto dentro del útero, además de realizar distintos análisis médicos.
Consejos para prevenir la pérdida del feto
- Examen del cuello uterino para asegurar que no esté dilatado.
- Monitoreo del pulso fetal.
- Reposo absoluto ante cualquier riesgo de pérdida fetal.
- En caso de riesgo de pérdida, evitar el ejercicio y las relaciones íntimas.
- Evadir viajes en avión o en vehículos, especialmente por caminos irregulares.
- Seguir una alimentación equilibrada y saludable.
- Realizar chequeos mensuales durante el embarazo.
- Abstenerse completamente de fumar y de consumir alcohol.
Si se produce la pérdida del feto, es esencial cuidar la salud física y emocional de la madre. La mujer que ha sufrido la pérdida de su hijo no se recuperará de inmediato; requerirá tiempo y atención especial. Es común que experimente una falta de apetito o que presente signos de ansiedad y depresión. En este contexto, es fundamental que el compañero de vida brinde apoyo emocional a su pareja, a pesar de que él también esté lidiando con su propio duelo, evitando conflictos dadas las circunstancias emocionales delicadas. Ambos deben recordar que esta es una voluntad divina y que hay esperanza de un futuro mejor.