Los Manantiales de Japón
Japón se destaca como una de las regiones más propensas a la formación de manantiales termales, gracias a la presencia de 245 volcanes, de los cuales 86 son considerados activos. Las islas japonesas se encuentran situadas sobre placas tectónicas que están cerca de la corteza terrestre. La magma, que se genera en las cámaras volcánicas, se forma en los puntos de encuentro de estas placas. La calor que emana desde el interior de la Tierra es la fuente principal que calienta las aguas termales subterráneas, resultando en una interacción entre el agua subterránea y el magma, lo cual calienta el agua y la infunde con minerales presentes en la magma. Por esta razón, Japón es el único país que alberga una cantidad tan significativa de manantiales termales, contando con 2,839 manantiales en total.
Manantiales Más Famosos de Japón
Japón es famoso por contar con numerosos manantiales, siendo los manantiales Onsen los más reconocidos. Estos manantiales llevan dicho nombre en referencia a la región en la que se encuentran y poseen múltiples beneficios terapéuticos. Asimismo, ofrecen un espacio propicio para la relajación y el esparcimiento. Cabe destacar que el príncipe japonés Shingen fue el primero en animar a la población a aprovechar los beneficios de estas aguas minerales para la salud. Después de sus enfrentamientos en el campo de batalla, él y sus soldados acudían a los manantiales termales para sumergirse, ya que estos ayudaban a los heridos a recuperarse de sus lesiones y aliviaban dolores de fracturas y contusiones. Las aguas también contribuían a aliviar la fatiga y el agotamiento, preparándolos para los siguientes combates. Sin embargo, para evitar ataques sorpresivos, especialmente porque se encontraban vulnerables, el príncipe optó por manantiales más aislados, que son los mismos que los profesionales utilizan hoy en día, ya que creen que estos rejuvenecen su vitalidad.
Características de los Manantiales
En Japón, existen diferentes tamaños, tipos y formas de manantiales. Frecuentemente, el nombre de un manantial se deriva de sus características mineralógicas. Por ejemplo, los manantiales termales ricos en hierro tienden a tener un color que varía hacia el anaranjado o rojizo, mientras que aquellos con altos niveles de sal se conocen como manantiales salinos. Los manantiales que otorgan una sensación resbaladiza a la piel se denominan manantiales de anguilas, caracterizándose por su naturaleza alcalina. Además, las aguas termales se encuentran en entornos naturales impresionantes, como ríos, costas marinas, montañas y valles, lo que convierte la experiencia de bañarse en ellos en un deleite visual. Los visitantes tienen la opción de relajarse bajo cascadas o en cuevas, lo que añade un encanto adicional a su experiencia.