Padre de Moisés, la paz sea con él
Los eruditos han mencionado que el padre de Moisés -la paz sea con él- es Imrán bin Qahat bin Levi bin Jacob -la paz sea con él-. Su padre, Qahat, fue uno de los que llegaron a Egipto junto a Jacob -la paz sea con él-. Imrán, el padre de Moisés, nació en Egipto. Tuvo a Aarón cuando tenía setenta y tres años, y a Moisés a la edad de ochenta años; se dice que nació un año después de Aarón. En cuanto a la madre de Moisés, existen algunas narraciones sobre su nombre, aunque estas no están confirmadas. Entre los nombres mencionados se encuentran: Yojavete, Batanah, y Ayarija, entre otros.
La relación entre María, Aarón y Moisés
El Señor -exaltado sea- narra la historia de la familia de Imrán en la sura que lleva su nombre. Es evidente que las referencias en estos versículos se refieren a la familia de Imrán, perteneciente a la señora María -la paz sea con ella-, y no específicamente al padre de Moisés y Aarón -la paz sea con ellos-, aunque ambos comparten el mismo nombre de Imrán. Los eruditos mencionan que hay una diferencia de mil ochocientos años entre la vida de la familia de Imrán de María y la familia de Imrán, padre de Moisés -la paz sea con él-.
Nacimiento de Moisés, la paz sea con él
Los expertos en la materia afirman que Moisés -la paz sea con él- es uno de los profetas que enfrentó las mayores pruebas a lo largo de su vida. Su vida estuvo marcada por la adversidad desde el momento en que nació, ya que llegó al mundo en un año en que el faraón decidió matar a los hijos de los israelitas, temiendo que uno de ellos pudiera derrocar su poder. La madre de Moisés, llena de temor, recibió la inspiración divina para amamantar a su hijo y luego ponerlo en el río, confiando en que Dios -exaltado sea- lo protegería. Así fue como los soldados del faraón lo encontraron y lo llevaron al palacio de su enemigo. A través de la sabiduría divina, Moisés -la paz sea con él- rechazó todas las nodrizas hasta que Dios -exaltado sea- lo devolvió a su madre para que lo amamantara nuevamente, mientras se encontraba en el palacio del faraón. Allí es donde pasó su infancia, bajo la protección y cuidado divino, cumpliéndose así la promesa de Dios -glorificado sea- en Su palabra: (Y para que seas criado bajo Mi mirada).