Síntomas de hongos en el cuero cabelludo

Infecciones Fúngicas en el Cuero Cabelludo

Al abordar las infecciones fúngicas que pueden afectar el cuero cabelludo, es importante destacar la existencia de dos tipos principales: la tiña del cuero cabelludo (en inglés: Ringworm of the scalp), provocada por hongos dermatofitos (en inglés: Tinea capitis), y las infecciones causadas por un tipo de levadura conocida como Candida. Cabe mencionar que la tiña del cuero cabelludo es un patógeno altamente contagioso, siendo más prevalente en niños pequeños y escolares, quienes pueden contagiarse a través del contacto físico cercano. Esta afección generalmente afecta la piel del cuero cabelludo y los cabellos, presentándose como parches calvos o escamosos, asociados a veces con picazón.

Manifestaciones de las Infecciones Fúngicas en el Cuero Cabelludo

  • Síntomas de la tiña del cuero cabelludo: Estos síntomas pueden aparecer en diversas áreas del cuero cabelludo, asemejándose a caspa, lo que podría llevar al diagnóstico erróneo de psoriasis. Las manifestaciones adicionales incluyen:
    • Desaparición del cabello en áreas específicas, que son infl amadas y escamosas, pudiendo contener pelos rotos o dispersos en esos parches.
    • Presencia de pápulas dolorosas en el cuero cabelludo.
    • Aparición de quistes llamados quériones (en inglés: Kerion), que son protuberancias supurantes que pueden desarrollarse en algunos casos y, si no se tratan, pueden generar cicatrices permanentes o pérdida de cabello.
    • Fiebre y aumento de volumen en los ganglios linfáticos en el cuello, especialmente en aquellos con quériones o pápulas.
  • Síntomas de la infección por Candida: Los signos y síntomas asociados a esta infección incluyen:
    • Erupción cutánea de color rojo o púrpura.
    • Aparición de fisuras, manchas y costras en la piel.
    • Formación de áreas suaves, húmedas y blanquecinas en la piel.
    • Desarrollo de ampollas blancas llenas de pus.
    • Fatiga, problemas digestivos, irritación del tracto urinario y genital, además de lesiones blancas dolorosas en la boca, denominadas candidiasis oral. Estos síntomas pueden aparecer si la infección se disemina más allá del cuero cabelludo a otras partes del cuerpo, como los ojos, la boca, el sistema digestivo, el torrente sanguíneo, y pueden comprometer órganos internos, especialmente en individuos con un sistema inmunológico comprometido o enfermedades crónicas como diabetes o hipotiroidismo. Además, puede presentarse en el embarazo, con el uso de antibióticos, corticosteroides y píldoras anticonceptivas, así como en aquellos que sufren de enfermedades dérmicas como la psoriasis, y también en niños menores de cinco años y adultos mayores de 55 años.

Causas y Mecanismos de Transmisión de las Infecciones Fúngicas en el Cuero Cabelludo

La tiña en el cuero cabelludo es causada por un grupo de hongos similares a los mohos, conocidos como dermatofitos, que invaden la capa externa de la piel del cuero cabelludo y el tallo del cabello. Esta infección se transmite a través del contacto directo con una persona infectada o mediante el contacto con objetos y superficies contaminados, como ropa, toallas, sábanas y cepillos para el cabello. También puede ocurrir la transmisión al manipular animales infectados, incluidos perros, gatos, vacas, cabras, cerdos y caballos. En cuanto a las infecciones por Candida, existen más de 20 especies de este hongo, siendo la Candida albicans la más común, responsable de las infecciones en la cabeza. La aparición de esta infección puede deberse a la falta de ventilación adecuada en la cabeza, aumento de la humedad, enfermedades subyacentes, una dieta no equilibrada, estrés, uso de ciertos medicamentos, y el empleo de productos químicos agresivos en productos de cuidado personal.

Prevención de Infecciones Fúngicas en el Cuero Cabelludo

  • Prevención de la tiña: Para prevenir la tiña, es recomendable:
    • Identificar los síntomas y educar a los niños para evitar contagios de otros individuos o animales infectados.
    • Lavar el cuero cabelludo regularmente, sobre todo después de acudir a la peluquería.
    • Mantener una buena higiene de manos, lavándolas frecuentemente, especialmente en niños, para evitar la propagación de infecciones, también asegurándose de mantener limpias las áreas públicas, incluyendo escuelas, guarderías, gimnasios y vestuarios.
    • Evitar el contacto con animales infectados: generalmente, la infección en mascotas se presenta como áreas sin pelo, pero en algunos casos puede no mostrar síntomas evidentes, por lo que es crucial consultar a un veterinario para verificar su estado de salud.
  • Prevención de la infección por Candida: Para prevenir la candidiasis, se recomienda:
    • Mantener el cuero cabelludo seco, limpio y fresco.
    • Seguir buenas prácticas de higiene para el cuero cabelludo.
    • Adoptar una dieta balanceada.
    • Limitar el consumo de carbohidratos y azúcares.
    • Evitar el uso excesivo de antibióticos y esteroides.
    • Proporcionar suficiente ventilación al cuero cabelludo, evitando el uso excesivo de gorros y cobertores.

Tratamiento de las Infecciones Fúngicas en el Cuero Cabelludo

El tratamiento de las infecciones fúngicas en el cuero cabelludo se lleva a cabo de la siguiente manera:

  • Tratamiento de la tiña: Se recomienda el uso de medicamentos antimicóticos orales. Uno de los tratamientos más comunes es el griseofulvina, que se administra en forma de tabletas durante un período de 8 a 12 semanas. Otra alternativa es el terbinafina, que, aunque no está oficialmente aprobado para la tiña, se utiliza durante cuatro semanas continuas. En ciertos casos, se pueden emplear otros medicamentos como itraconazol y fluconazol.
  • Tratamiento de la infección por Candida: La mayoría de los casos pueden ser tratados con antifúngicos tópicos de venta libre, que están disponibles en forma de cremas, champús y espumas. Ejemplos incluyen fluconazol, ketoconazol, clotrimazol, econazol y miconazol. Si la infección no responde a estos tratamientos, se pueden utilizar medicamentos más potentes como la espuma de corticosteroides, nistatina y anfotericina B.

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