No permitas que tu amor se convierta en obsesión ni tu odio en destrucción.
Mi preocupación no es cuándo seré respondido, sino la dedicación al ruego.
La verdadera sabiduría no es solo distinguir entre el bien y el mal, sino saber elegir el menor de los males.
Omar -que Allah esté complacido con él- escribió a Sa’d ibn Abi Waqqas -que Allah esté complacido con él-: «Oh Sa’d, cuando Allah ama a un siervo, lo hace querido entre la gente. Evalúa tu estatus ante Allah por cómo te ven los demás.»
Recuerda que lo que tienes ante Allah es equivalente a lo que Allah tiene contigo.
Omar -que Allah esté complacido con él- mencionó: «Hemos sido probados con desgracias y hemos tenido paciencia, pero nos han probado con alegrías y hemos fallado en ser pacientes.»
No hay bondad en un pueblo que no se aconseja mutuamente, ni en aquellos que no aman el consejo sincero.
Cada día se dice que ha fallecido alguien, pero llegará el día en que se diga: «Omar ha muerto».
Quien se presenta ante los reyes, sale enfadado con Allah.
Existen tres tipos de asuntos: uno cuyo rumbo está claro, síguelo; otro cuyo daño es evidente, evítalo; y aquel que es confuso, remítelo a Allah.
La verdadera comodidad está en la mente; eviten el exceso de peso, ya que este solo trae problemas.
Lo que más temo por ustedes es el deseo egoísta, la inclinación hacia el pecado, y el orgullo desmedido.
Si escuchas una palabra hiriente, agáchate ante ella hasta que pase de largo.
Omar -que Allah esté complacido con él- vio a un hombre encorvado y le dijo: «Oh portador de esta carga, endereza tu cuello, la humildad no está en la postura, sino en el corazón.»
Omar se decía a sí mismo: «Por Allah, debes temerle, hijo de Al-Jattab, de lo contrario experimentarás Su castigo.» También decía: «Quien teme a Allah no se dejará llevar por sus deseos.»
Un día, Omar -que Allah esté complacido con él- preguntó a un hombre sobre algo; este respondió: «Allah sabe más». A lo que Omar replicó: «Sería triste si no supiéramos que Allah es el más conocedor. Si alguien no sabe, debería decir: ‘No lo sé’.»
Que Allah te acepte, oh Faruq, y nos reúna en Su morada de honor por Su misericordia, ya que Él es el mejor de los misericordiosos.
Oh Allah, dame la fuerza para perdonar a quien me ha hecho daño, como una forma de agradecerte por la capacidad de hacerlo.
Oh Allah, traigo ante ti la resistencia del malvado y la inacción del confiable.
Quien expone su honor a la sospecha no debe culpar a quienes piensen mal de él.
Aquellos que desean el pecado pero no lo llevan a cabo, son personas a quienes Allah ha probado sus corazones; para ellos hay perdón y una recompensa digna.
No miren la devoción en el ayuno o la oración de alguien, sino en quien habla con verdad, cumple con sus compromisos y se muestra cauto ante el pecado.
Si una oveja muere a la orilla del Éufrates, temería que Allah me preguntara sobre ella el día del juicio.
Nadie se siente orgulloso a menos que haya una humillación que lo acompaña.
La gente que más aprecio es aquella que me señala mis defectos.
Tres acciones fomentan la amistad: iniciar el saludo, hacer espacio en el círculo, y llamar a los demás con los nombres que les son queridos.
Nunca he lamentado mi silencio, pero sí he sido remordido por mis palabras.
Si la pobreza fuera un hombre, lo mataría.
Evitar el pecado es mejor que buscar el arrepentimiento.
Quien se ríe demasiado pierde su respeto.
No confíes en el carácter de alguien hasta haberlo probado en momentos de ira.
Conoce a tu enemigo y ten cuidado con tu amigo, excepto si es confiable.
Oh Allah, si sabes que no me importará quién tenga la razón entre dos rivales ante mí, no me dejes ni un instante sin claridad.
Recordar a Allah al ordenar o prohibir es preferible que solo mencionarlo con la lengua.
Tres cosas fomentan la amistad en el corazón de tu hermano: iniciar con un saludo, hacerle un espacio en el lugar, y llamarlo por su nombre favorito.
Mi preocupación no es cuándo seré respondido, sino la dedicación al ruego.
Un hermano puede ser aquel que no es hijo de tu madre.
El gobernante más desafortunado es aquel cuya comunidad sufre por su liderazgo.
Una mujer dio en el clavo, pero Omar se equivocó.
El conocimiento de Allah deviene en humildad y temor; el no temer es señal de un corazón carente de entendimiento. El temor es un fruto del conocimiento, y la esperanza es resultado de la certeza. Quien desea el paraíso debe esforzarse por obtenerlo, y quien teme al infierno debe evitarlo.
Si cometes un error, corrígete, pues no hay nada que busque tanto el perdón como una buena acción que contrarresta un viejo pecado.
Cada espada tiene su doblez, cada caballo su tropiezo, y cada erudito su falta.
No hay recompensa para quien no tiene buenas acciones.
Quien afirme ser un erudito es, en realidad, ignorante.
Si se te presentan dos opciones: una para Allah y otra para el mundo, elige lo que es beneficioso para la otra vida sobre lo que es atractivo para esta, ya que lo terrenal es efímero mientras que lo eterno permanece.
Que Allah tenga misericordia de quien me señale mis defectos.
No hay riqueza para quien carece de amabilidad.
La última súplica de Omar -que Allah esté complacido con él- durante su discurso fue: «Oh Allah, no me dejes caer en la confusión, ni permitas que me sorprendas, ni me incluyas entre los desatentos.»
Si un anunciador grita desde el cielo: «Oh gente, todos ustedes entrarán al paraíso, excepto uno», temería ser ese uno. Y si se anunciara: «Oh gente, todos ustedes irán al infierno, excepto uno», esperaría ser ese uno.
Sin duda, destituiré a Khalid ibn Al-Walid y a Al-Muthanna (de la tribu de Banu Shaban) hasta que comprendan que Allah solo otorga la victoria a Sus siervos y no a ellos personalmente.
Allah tiene siervos que hacen morir la falsedad al abandonarla, y dan vida a la verdad al recordarla. Esperaron y fueron alentados, temieron y no se sintieron seguros. Han visto a través de la certeza lo que no han presenciado. Les hizo sentir el miedo, así que se separaron de lo efímero y abrazaron lo eterno. Para ellos, la vida es una bendición, y la muerte, un honor.
Quien ríe demasiado pierde el respeto, quien bromea se vuelve despreciado, quien abusa de algo es reconocido por ello, y quien habla en exceso arriesga sus palabras, y aquel que carece de vergüenza, carece de piedad, y quien carece de piedad, su corazón muere.
Ustedes eran el pueblo más humillado, pero Allah los ha honrado con Su Mensajero; por ello, busquen su honor solo a través de él o estarán a merced de la humillación.
Hemos descubierto que lo mejor de nuestra vida es la paciencia.
Rodéense de aquellos que se arrepienten, pues son los más suaves de corazón.
Si no fuera por tres cosas, desearía encontrarme con Allah: pelear en la senda de Allah, postrarme ante Él, y juntarme con aquellos que eligen las mejores palabras, como eligiendo los mejores dátiles.
Si la paciencia y la gratitud fueran dos camellos, no me importaría cual de ellos montara.
No hables de lo que no te concierne; conoce a tu enemigo y ten cuidado con tu amigo excepto si es confiable; nadie es confiable exceptuando aquel que teme a Allah, y no te asocies con el malvado, ya que te enseñará su maldad; tampoco le confíes tus secretos, ni consultes tus asuntos con quien no teme a Allah.
La gente que más aprecio es aquella que me señala mis defectos.
Lo que más temo por esta comunidad es aquel que es sabio de palabras pero ignorante de corazón.
Aprovechen su tiempo para la soledad.
La religión no consiste en vanas repeticiones, sino en devoción sincera.
No se fijan en los ayunos ni en las oraciones de la gente, sino en la veracidad de su habla y en su confianza.
Aprendan y enseñen el conocimiento, y adquieran la tranquilidad, la dignidad y la paciencia; sean humildes con aquellos de quienes aprenden, y que también sean humildes con quienes aprenden de ustedes; no sean arrogantes entre los eruditos, de lo contrario, su ignorancia socavará su conocimiento.
La esencia de la humildad es saludar a quienes encuentren de los musulmanes, aceptar un lugar inferior en la reunión, y evitar ser elogiado por la piedad y la virtud.
Somos un pueblo que Allah ha enaltecido a través del Islam, por lo que no busquemos honor en otro lugar.
Ríndanse a una vida austera y eviten los lujos, como los de los persas o los romanos.
No me importa si me levanto rico o pobre, ya que no sé cuál de las dos condiciones es mejor para mí.
La verdadera evidencia de tu arrepentimiento es reconocer tu pecado, y la verdadera acción buena es evitar la soberbia, así como el verdadero agradecimiento es reconocer tus faltas.
La sabiduría no está asociada a la edad, sino que es un don que Allah otorga a quien desea.
La persona más valiente es aquella que es generosa con quien no espera su recompensa; el más tolerante es aquel que otorga perdón cuando tiene el poder para retaliar; el más tacaño es quien no ofrece el saludo; el que es incompetente es quien no sabe dirigirse a Allah.
No se dejen impresionar por la retórica de una persona, sino por quien cumple sus promesas y respeta a los demás.
Cierra los ojos al mundo, desvía tu corazón de él, y cuida de no ser destruido como quienes te precedieron, porque he visto cómo han caído y he presenciado los terribles efectos de su decadencia sobre la gente; cómo desnudó a quienes vestía, llenó de hambre a quienes alimentaba y dio muerte a quienes vivió.
Quien afirme ser un sabio es, en realidad, ignorante.
Persevera en la verdad, aunque eso te lleve a la perdición.
Todo aquello que desees dejarte llevar a la muerte abstente de ello, después de esto no te importará cuándo mueras.
Si el trabajo es agotador, la inactividad es una calamidad.
Aprendan un oficio, que pronto alguno de ustedes necesitará de él.
Recuerden siempre a Allah, pues Su mención es un remedio, y eviten hablar sobre los demás, pues eso resulta mortal.
Somos una comunidad que Allah ha querido que tenga una vida honorable.
Aprendan el conocimiento, compartan lo que saben, enseñen la calma, respeto y humildad; sean humildes con aquellos que les enseñan y aquellos a quienes enseñan, y no se conviertan en arrogantes entre los eruditos, de lo contrario su ignorancia podría anular su conocimiento.
