Síntomas de la gripe estomacal

Síntomas del resfriado gástrico

Los síntomas de la gastroenteritis, frecuentemente conocida como resfriado gástrico, gripe estomacal o inflamación del estómago e intestinos, suelen aparecer de manera repentina y, en ocasiones, pueden ser severos. La intensidad y el tipo de síntomas pueden variar según la resistencia del individuo, la naturaleza del agente causante y la duración de la exposición a este, ya sea un organismo patógeno o una sustancia tóxica. A continuación, se detallan los síntomas más significativos:

  • Pérdida de apetito.
  • Náuseas.
  • Calambres abdominales.
  • Ruidos intestinales audibles.
  • Gases y distensión abdominal, que pueden llegar a ser dolorosos.
  • Malestar general, fatiga y dolores musculares.
  • Diarrhea; uno de los síntomas más comunes, que a veces puede presentar sangre o mucosidad, lo cual indica una posible gravedad de la infección.
  • Vómitos proyectivos; un fenómeno en el que el contenido del estómago es expulsado repentinamente de forma más intensa que los vómitos habituales.
  • Fiebre, que se manifiesta como un aumento de la temperatura corporal acompañado de sudoración y escalofríos. La fiebre es un indicativo de la respuesta inmune ante la infección, que puede ser más notoria durante la noche.
  • Aparición de pus en las heces en algunos casos.
  • Delirio en situaciones graves.
  • Hipotensión.
  • Vértigo y desmayos.
  • Rigidez articular.
  • <li/Malnutrición.

  • Pérdida de peso.

Diferenciación del agente infeccioso

Es importante destacar que las personas más vulnerables a la gastroenteritis son aquellas con problemas de salud subyacentes, los lactantes y los ancianos. Como se mencionó anteriormente, existen diversas causas para este cuadro, y aunque los síntomas puedan ser similares, puede resultar complicado distinguir entre las diferentes infecciones. Para ello, es útil identificar ciertas características de los síntomas, así como el período de incubación, que es el intervalo entre la exposición al patógeno y la aparición de los síntomas, generalmente de uno a tres días. Este período puede variar. Asimismo, la duración de los síntomas puede oscilar entre algunos días y varios meses, dependiendo del tipo de agente causante. A continuación, se enumeran las características distintivas de los diversos agentes infecciosos causantes de la gastroenteritis:

  • Infección viral: El período de incubación es de un a tres días, tras los cuales aparecen los síntomas que pueden variar de leves a severos, persistiendo de uno a diez días en algunos casos. La diarrea suele ser acuosa y rara vez incluye sangre o mucosidad.
  • Infección bacteriana: Esta puede provocarse por diferentes tipos de bacterias, como Clostridium difficile, Salmonella y E. coli. La gastroenteritis bacteriana tiende a durar más que la viral y puede ir acompañada de fiebre y vómitos, así como diarrea que puede presentar sangre o mucosidad.
  • Infección parasitaria: Un ejemplo es Giardia. La infección por parásitos puede dejar síntomas durante un período más largo con diarrea que generalmente no presenta sangre ni mucosidad. Las personas afectadas pueden experimentar fatiga y pérdida de peso, especialmente si la diarrea persiste durante un tiempo prolongado.

Cuándo consultar a un médico

Como se ha mencionado, el resfriado gástrico puede resolverse por sí solo, y se recomienda que el paciente no acuda inmediatamente al médico para evitar exponer a otros a la infección. Sin embargo, es aconsejable buscar una consulta médica a distancia si hay preocupación. Existen circunstancias en las que es necesario buscar atención médica urgente si el individuo presenta varios de los siguientes síntomas:

  • Cambio del color de la orina a amarillo oscuro o marrón.
  • Sentir mareos o confusión.
  • Presencia de sangre en las heces o color de las mismas que parezca marrón o negro; o diarrea severa con grandes volúmenes varias veces por hora durante más de dos días en adultos.
  • Existencia de sangre en el vómito o vómito de color marrón, o vómitos persistentes durante más de un día en adultos.
  • Dolor abdominal intenso y repentino que dure uno o dos días.
  • Signos de intoxicación alimentaria, que pueden incluir problemas de visión y dificultad para tragar o respirar.
  • Embarazo y signos de listeriosis o toxoplasmosis.
  • Fiebre superior a 38 grados Celsius persistente por uno o dos días.
  • Residencia reciente en áreas con saneamiento deficiente.
  • Otras afecciones de salud, como enfermedades renales, inflamación intestinal, inmunosupresión o diabetes.
  • Incapacidad para controlar la defecación.
  • Ausencia de cuidadores disponibles si el paciente presenta síntomas severos o es de edad avanzada.
  • Entumecimiento o pérdida del equilibrio, delirio o disminución de la conciencia.
  • Malestar general y palidez facial.
  • Incapacidad para tomar medicamentos habituales para enfermedades crónicas a causa de náuseas o vómitos.
  • Signos de deshidratación como:
    • Reducción en la frecuencia y cantidad de orina.
    • Ojos hundidos.
    • Boca y lengua secas.
    • Falta de lágrimas al llorar.
  • Aceleración o irregularidad del ritmo cardíaco.
  • Dificultad para respirar o respiración rápida.
  • Ausencia de mejora de los síntomas después de una semana de tratamiento en casa.

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