Abu Sufian el Thawri

Sofían al-Thawri

Abu Abdullah Sofían bin Saíd bin Masrūq bin Habib bin Ráfi’ bin Abdullah al-Thawri al-Kúfi nació en el año 97 de la Hégira. Los eruditos lo han distinguido con numerosos títulos que reflejan su conocimiento, tales como el Sheij del Islam, el Imam de los memoristas y el líder de los sabios de su tiempo. También es conocido como el Príncipe de los Creyentes en la Hadiz. Su padre fue un erudito honesto y uno de sus maestros de aprendizaje. Desde una edad temprana, sígue su pasión por el conocimiento, llegando a ser solicitado para emitir fatwas antes de haber crecido completamente. Era conocido por su increíble capacidad de memorización y aguda inteligencia; no había nada que escuchara que no retuviera en su memoria. Falleció, que Allah tenga misericordia de él, en el año 161 de la Hégira.

Conocimientos y virtudes de Abu Sofían

Sofían al-Thawri seguía la metodología de los compañeros del Profeta y de los seguidores, que Allah esté complacido con ellos. Dedicó su vida a la búsqueda del conocimiento, viajando a La Meca, Medina y Jerusalén, hasta convertirse en el erudito más destacado de su época, con más de mil personas que narraron sus enseñanzas. Era, que Allah tenga piedad de él, uno de los más memoriosos en cuanto a los hadices del Profeta. Era conocido por su respeto al emitir fatwas; a pesar de su vasta erudición, era cauteloso a la hora de dar respuestas. Practicó lo que enseñó, siendo uno de los más congruentes en su discurso y acción. Se decía que no escuchaba un hadiz del Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con él, sin actuar en consecuencia. Sofían poseía varias virtudes, destacándose entre ellas su dignidad, humildad, generosidad, así como su insistencia en enmendar el comportamiento, especialmente ante los gobernantes, pues sentía un gran temor de Allah, el Altísimo.

Al-Thawri y su rechazo a la judicatura

Se menciona que el califa abasí Abu Ja’far al-Mansur le ofreció a Sofían al-Thawri el cargo de juez, pero él se negó. A pesar de la insistencia del califa, quien incluso lo amenazó con la muerte, Al-Thawri le pidió un día de gracia para presentarse con la vestimenta judicial al siguiente día. Sin embargo, al caer la noche, reunió sus pertenencias y huyó. Al enterarse de esto, Abu Ja’far al-Mansur envió emisarios a todas las provincias para capturarlo, vivo o muerto. Asimismo, se cuenta que el califa Al-Mahdi también le ofreció el mismo cargo, al cual igualmente se opuso y huyó a Basora, continuando su vida desapercibido.

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