Causas de la diálisis renal

Causas de la diálisis renal

La diálisis renal, también conocida como hemodiálisis o diálisis peritoneal, es una opción terapéutica que suple parte de la función renal cuando los riñones no pueden satisfacer las necesidades del cuerpo. Este procedimiento se realiza cuando los riñones han perdido aproximadamente entre el 85% y el 90% de su capacidad funcional, lo que se traduce en una tasa de filtración glomerular inferior a 15 mililitros por minuto.

La decisión de iniciar la diálisis depende del estado de salud del paciente, su edad, los resultados de pruebas de laboratorio, así como su disposición para comenzar el tratamiento y la gravedad de los síntomas de la insuficiencia renal. También se consideran otros problemas de salud asociados, como dificultades nutricionales, desbalances en los líquidos y la incapacidad de controlar la presión arterial. Es importante mencionar que en algunas situaciones se puede iniciar la diálisis antes de que aparezcan estas complicaciones. La elección del momento adecuado para comenzar la diálisis está guiada principalmente por el criterio del médico especialista y del paciente. Si se determina que el tratamiento es necesario, es crucial que el paciente asista a todas las sesiones para evitar complicaciones relacionadas con la insuficiencia renal no tratada. A continuación, se detallan las principales condiciones que pueden requerir diálisis renal.

Insuficiencia renal crónica

La insuficiencia renal crónica se caracteriza por un deterioro gradual y progresivo de la función renal, donde los riñones no pueden llevar a cabo sus funciones adecuadamente. Detectar esta condición a tiempo es fundamental para el tratamiento y para reducir la probabilidad de complicaciones. El tratamiento está enfocado en abordar la causa subyacente y, en términos generales, su objetivo es ralentizar la progresión de la enfermedad. Es importante destacar que la insuficiencia renal crónica no puede revertirse, siendo la diálisis o el trasplante renal las únicas soluciones viables. En muchos casos, la insuficiencia renal crónica no presenta síntomas evidentes, dado que los riñones tienen una notable capacidad funcional incluso en condiciones adversas. Por ello, a menudo se diagnostica a través de análisis de sangre y orina sin que el paciente presente ningún síntoma. En etapas avanzadas, la enfermedad puede causar edemas (hinchazón) en el cuerpo, especialmente en los pies, los tobillos o las piernas, aunque ocasionalmente pueden afectar las manos o la cara. Otros síntomas asociados con esta condición incluyen dolor en el pecho, fatiga, cefaleas, dolores musculares, náuseas y dificultad respiratoria.

Frecuentemente, la insuficiencia renal crónica está relacionada con enfermedades crónicas que han acompañado al paciente durante un tiempo prolongado. Es importante señalar que estas condiciones, generalmente, no causan daño renal en sus etapas iniciales, tales como:

  • Hipertensión arterial, ya que la presión alta a largo plazo puede dañar los glomérulos del riñón, encargados de filtrar desechos del organismo.
  • Obstrucciones prolongadas en las vías urinarias, como cálculos renales o hiperplasia benigna de próstata.
  • Diabetes mellitus, tanto tipo 1 como tipo 2, ya que existe una relación entre la diabetes no controlada en etapas avanzadas y la insuficiencia renal; usualmente, esta no se presenta durante los primeros diez años de enfermedad.
  • Reflujo vesicoureteral, donde la orina regresa a los riñones en lugar de ser expulsada del cuerpo.
  • Nefritis intersticial, que es una enfermedad caracterizada por la inflamación de los espacios entre los tubos renales, lo que puede afectar la función renal.
  • Enfermedad renal poliquística, una afección hereditaria que provoca la formación de múltiples quistes en los riñones, dañando notablemente su función.
  • Glomerulonefritis, que implica la inflamación de los glomérulos, la parte responsable de filtrar los desechos del cuerpo.
  • Pielonefritis, una infección del tracto urinario que puede involucrar uno o ambos riñones, y que en casos de infecciones recurrentes, puede llevar a la insuficiencia renal.
  • Causas adicionales, como lupus eritematoso sistémico, uso prolongado de ciertos medicamentos o abuso de sustancias ilegales.

Insuficiencia renal aguda

La insuficiencia renal aguda se define como una presentación repentina de una reducción en la función renal que suele ocurrir en un periodo breve, en general en dos días o menos. La gravedad puede variar desde una disminución leve en la función renal hasta un fallo renal total. Esta condición se puede revertir si se trata a tiempo. El tratamiento de la insuficiencia renal aguda se basa en identificar y abordar la causa del problema, y muchas veces, requiere hospitalización. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Tratar la causa subyacente: Es vital erradicar el factor que desencadena la insuficiencia renal aguda.
  • Manejo de las complicaciones: El médico debe dirigirse a las complicaciones que surgen, tales como:
    • Controlar el equilibrio de líquidos en el cuerpo mediante el uso de diuréticos o infusiones intravenosas en casos de deshidratación.
    • Regular los niveles de electrolitos con medicamentos apropiados.
    • Utilizar diálisis, principalmente hemodiálisis, para eliminar el exceso de líquidos y toxinas del organismo.

En el contexto de la insuficiencia renal aguda, es crucial entender que esta se puede deber a la reducción del flujo sanguíneo en los riñones, obstrucción de los uréteres, o daño directo en los riñones. Los pacientes mayores de 65 años y aquellos con enfermedades crónicas, como insuficiencia renal crónica, diabetes y enfermedad cardiovascular, son más propensos a desarrollar esta condición. Los síntomas de la insuficiencia renal aguda pueden variar dependiendo de la causa, y hay casos en los que no se presentan síntomas evidentes, siendo detectadas únicamente a través de análisis. Los síntomas que pueden surgir incluyen:

  • Hinchazón en las piernas, tobillos o alrededores de los ojos.
  • Producción reducida de orina.
  • Dificultad para respirar.
  • Fatiga general.
  • Confusión o desorientación.
  • Náuseas.
  • Dolor en el área del pecho.
  • Coma y convulsiones en casos severos.

Otras causas

Existen múltiples factores que pueden requerir la diálisis, incluidas:

  • Hiperpotasemia: La presencia elevada de potasio en sangre es una condición crítica que necesita atención médica, y la diálisis se utiliza cuando las intervenciones habituales no son efectivas o en pacientes con insuficiencia renal total.
  • Lesiones renales: Estas pueden clasificarse como traumas (contusiones) o lesiones penetrantes, las cuales pueden no ser evidentes hasta realizar pruebas o pueden manifestarse como hematomas. En situaciones graves, una lesión renal puede requerir diálisis.

Importancia de cumplir con las sesiones de diálisis

Los pacientes que se someten a sesiones de diálisis deben asegurarse de asistir a todas las citas programadas, ya que la omisión frecuente de una sesión puede perjudicar su salud. Esto se debe a que, al faltar a tratamientos, los niveles de toxinas en el cuerpo pueden aumentar. Si un paciente falta a una sesión pero continúa asistiendo a las demás, es complicado prever cómo reaccionará su organismo; en algunos casos, el cuerpo puede manejar temporalmente esa falta, mientras que en otros no. Por lo tanto, es esencial que los pacientes cumplan con todas las sesiones de diálisis y discutan cualquier inconveniente que les impida asistir con su médico.

Cuidado médico para pacientes en diálisis

La diálisis renal requiere una colaboración activa entre el paciente, su familia y los proveedores de atención médica. A continuación, se expone el rol de cada uno en el proceso de diálisis:

  • El médico: Es responsable de proporcionar atención médica a través de la prescripción de diálisis y el seguimiento continuo de la salud del paciente, prestando atención a posibles complicaciones.
  • El enfermero: Se encarga de monitorear al paciente, asegurándose de que reciba los medicamentos y tratamientos adecuados, y supervisa el proceso de diálisis, entrenando también a pacientes y familias en técnicas de diálisis domiciliaria.
  • El trabajador social: Ofrece apoyo y asesoramiento a pacientes y familias para ayudarlos a enfrentar los retos asociados a la enfermedad renal y su efecto en la vida cotidiana.
  • El nutricionista: Recomienda un plan de alimentación basado en el estado de salud del paciente, considerando que la nutrición es un componente clave antes y después de la diálisis.

Notas al pie:

(*) Tasa de filtración glomerular: Es un análisis que se utiliza para evaluar la salud renal, midiendo la cantidad de sangre que se filtra a través de los glomérulos por minuto, donde los glomérulos actúan como filtros que eliminan desechos del torrente sanguíneo.

(*) Lupus eritematoso: Una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca erróneamente a varios órganos y tejidos del cuerpo, incluyendo las articulaciones, piel, cerebro, riñones y vasos sanguíneos.

(*) Uréteres: Son tubos delgados encargados de transportar la orina desde los riñones hasta la vejiga, formando parte del sistema urinario.

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