Impacto de los Metales Pesados en General
Los metales pesados se definen como elementos metálicos que poseen una densidad relativamente alta en comparación con el agua. Elementos como el cromo (Cr), cadmio (Cd), mercurio (Hg), plomo (Pb), níquel (Ni) y talio (Tl) pueden ser peligrosos en sus formas, ya sea compuestas o elementales. Estos metales tienen una alta solubilidad en ambientes acuáticos, lo que facilita su absorción por organismos vivos.
Los metales pesados se encuentran de manera natural en nuestro entorno. Estos se hallan en la atmósfera, la corteza terrestre, los cuerpos de agua y en el bioma. Aunque estos metales son parte del ecosistema, la exposición humana ocurre principalmente a través de diversas actividades humanas. En la corteza terrestre, estos metales se encuentran en las menas que se extraen durante las actividades mineras.
Se pueden hallar metales pesados en la mayoría de las menas, como arsénico, hierro, plomo, zinc, oro, níquel, plata y cobalto, en forma de sulfuros, mientras que otros metales como manganeso, aluminio, oro, selenio y antimonio aparecen como óxidos. Algunos metales pesados, como cobre, hierro y cobalto, pueden presentarse como sulfuros y óxidos. Además, ciertos sulfuros pueden contener dos o más metales pesados juntos, como la calcopirita (CuFeS2), que incluye tanto cobre como hierro.
Impacto de los Metales Pesados en el Agua Potable
La presencia de metales pesados en el agua potable constituye un riesgo significativo para la salud humana, donde los pobladores están expuestos principalmente a través del consumo de agua. Sin embargo, algunos metales pesados pueden acumularse biológicamente en el cuerpo humano (por ejemplo, en tejidos grasos y el sistema digestivo) y pueden inducir cáncer y otros riesgos. Hasta la fecha, miles de publicaciones han documentado distintos aspectos sobre los metales pesados en el agua potable.
Esto incluye la identificación de tipos y cantidades de metales en el agua, sus fuentes, factores que afectan sus concentraciones en puntos de exposición, la exposición humana, riesgos potenciales y métodos de eliminación del agua. Muchos países en vías de desarrollo enfrentan el reto de reducir la exposición humana a metales pesados, principalmente debido a la limitación de recursos económicos para implementar tecnologías avanzadas de eliminación.
Impacto de los Metales Pesados en los Alimentos
La seguridad alimentaria es un tema prioritario para el desarrollo sostenible a nivel global, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. En las últimas décadas, los efectos nocivos de contaminantes inesperados han amenazado tanto la calidad de los cultivos como la salud humana. Los metales pesados y otros elementos (por ejemplo, Hg, As, Pb, Cd y Cr) pueden alterar el metabolismo humano, contribuyendo a enfermedades e incluso a la muerte.
Investigaciones anteriores han detectado la presencia de metales pesados en los tejidos branquiales, hepáticos y musculares de diversas especies de peces en ecosistemas marinos contaminados. Una vez que los metales pesados ingresan a la cadena alimentaria, pueden acumularse en el cuerpo humano.
Dado que muchos metales pesados son utilizados extensivamente en diversas industrias, es probable que los trabajadores y habitantes cercanos a estas instalaciones se vean expuestos y contaminados. Frecuentemente, los metales pesados que superan los límites permitidos generan efectos adversos sobre la salud humana, sobre otros seres vivos y en el medio ambiente en su conjunto. Los límites seguros establecidos para los metales pesados en los alimentos implican un riesgo bajo para la salud humana.