La Traición del Amigo
Es doloroso experimentar la traición, pero lo es aún más cuando proviene de amigos a quienes hemos confiado nuestros secretos y emociones. Estos amigos, a quienes entregamos nuestro cariño, responden a nuestra lealtad con un puñal en la espalda, lo que nos deja con tristeza y dolor, y nos lleva a desconfiar de los demás, ya que hemos tenido suficiente de las heridas. En este artículo, compartiremos hermosos poemas sobre la traición de los amigos.
Poema sobre la Traición de un Amigo
La cordialidad y la lealtad han desaparecido,
la sinceridad escasea y se ha cortado la esperanza.
Y el tiempo me ha entregado a un amigo
de muchas traiciones y sin consideración.
Y he tenido un hermano que fue leal,
pero su fidelidad no perdura.
Son amigos cuando no los necesito,
pero enemigos en tiempos de adversidad.
Ellos mantienen la amistad mientras me ven,
y el cariño persiste mientras se mantiene el encuentro.
Si me separo de alguien, me abandonan,
y me castigan con lo que sería suficiente.
Me enriquecerá quien me enriqueció,
pues no hay pobreza eterna ni riqueza duradera.
Y toda amistad pura es de Dios,
y no puede existir en el pecado.
Cada herida tiene su medicina,
pero la mala conducta no tiene remedio.
Y no hay dicha eterna en este mundo,
así como la miseria tampoco perdura.
Si rompo un pacto con un querido,
en mi interior, hay honor y vergüenza.
Cuando el líder de la casa se aleja,
el distante entre ellos comienza.
Poema Hermoso sobre la Traición de un Amigo
Cuántos amigos son solo palabras y cuando
realmente los necesitas, no cumplen su deber.
Si llegas a pedir su apoyo, no encuentras
sino excusas tras miradas de desprecio.
Las palabras se tropiezan en su boca
y las miradas se desvían hacia un horizonte lejano.
Esconde su sonrisa como si llegas
con desgracias que él niega aceptar.
Los amigos alrededor aparentan ser
leales solo para conseguir beneficios.
Y si alguna vez necesitas ayuda o los días son difíciles,
te das cuenta que no tienes en el mundo a ningún amigo.
Prueba a conocer a un amigo antes de necesitarlo,
ya que la verdadera amistad surge tras experiencias.
Las amistades de lengua son solo
un espejismo y un sueño engañoso.
Poema Corto sobre la Traición de un Amigo
En mi mente hay una palabra que no puedo ocultar,
dijeron que el tiempo es traidor y yo digo que es justo.
Dicen que la amistad depende de los años que se alejan y se acercan,
pero yo creo que los corazones son más fuertes que cualquier deseo.
Una amistad me ha dejado con lo delicado de sus significados,
escribí de la lealtad una historia que plasmo en mis memorias.
Todo lo valioso en este mundo no se compara
con una amiga que al tiempo me fue infiel y me dejó en sufrimiento.
Que Dios llene su vida de felicidad y de sueños,
y que, con Su ayuda, se conviertan en realidad, manteniendo su corazón puro.
Y que, el Altísimo, la preserve, para que siempre la desee mi mirada,
y que perdure nuestra amistad a lo largo del tiempo como suficiente.
Y la bendición de Dios sobre su ser, en la medida que se la invoque.
En el día difícil, cuando el siervo se presenta ante su Señor, desnudo.
Poema sobre la Traición de un Amigo por Hamid Zaid
Cuánto he acompañado a amigos y seres queridos,
y cuántas veces en mis momentos difíciles me abandonaron.
A pesar de contar con ellos como mi refugio,
en los momentos de necesidad, simplemente me dejaron.
Cuando la hermandad se convierte en el precio de un puñado de tierra,
los rostros que me aconsejaron… simplemente me olvidaron.
Sin la necesidad de mencionar diferencias, linajes y parentescos,
eran tres y los tres me dieron la espalda.
Les enseñé cómo lograr los objetivos,
y cuando sus manos se fortalecieron, me atacaron.
Desde entonces, su éxito ha sembrado espinas en mí,
incluso la más mínima sugerencia fue ignorada.
Como si solicitara ayuda, fuera como si pidiera cadenas,
y dicha sugerencia, ¿cómo si me ofrecieran matrimonio?
Escribí para mí mismo historias y reproches,
y no sé si los que me leen… comprendan mi dolor.
Las mentes y los corazones han cambiado,
y muchos querían a otros… mientras que yo fui olvidado.
Si alguna vez me vieron, yo fui como ellos,
pero resulté ser una preocupación para sus almas.
Y algunos se molestaron entre sí cuando hablaron de mí,
¡Ay de mí, que todavía soy joven!
No obstante, son los libros de poesía quienes me atacan,
aunque caiga un meteorito sobre las estrellas que me guían.
Me basta saber que mi nombre es grande ante sus ojos,
como decía mi padre: cuando te cuestionen, no les tengas miedo.
Si pudieran, dirían: «no nos puedes igualar»,
pero desde mi tumba observaré atentamente todo lo que hacen.
Por mucho que puedan, entierra mi nombre,
si no fuera por el lobo, habrían despedazado mi carne.
Si no supiera reafirmar mi presencia, ellos me habrían borrado,
si no habitaran en sus rostros, hubiera muerto en el olvido.
Y si no pudiera borrar su nombre, lo habrían borrado.
Me volví más complicado porque ellos se volvieron complicados.
Los volví locos como ellos me hicieron,
y nunca vine a cambiar su repugnancia por poesía y discursos.
Hasta que los que se detuvieron por mí me abandonaron,
¡Ay de mí, si el llanto se convierte en lamento!
No se sofocan y no hay ningún reparo en traicionarme,
cada vez que se me presenta un escenario dudoso, me inquieto.
Eran los únicos que aproximaban mis emociones,
un beso, una oración, y un libro sagrado.
Y mi madre, sobre la alfombra de la luz, estaba debajo de mí,
pidiendo a Dios que me abriera puertas en mi camino.
Le suplicaba en dificultades que Él fuera mi apoyo,
tanta era la profundidad de su oración que se desvanecía.
Comenzó a sentir que mis compañeros me aborrecían,
y le informé: «Mamá, tengo amigos y compañeros.»
No estoy solo, muchos quieren estar conmigo,
Desde el momento en que mi pluma se alzó, recibí todos los galardones.
Los anoté en mi cuaderno y los guardé,
Dios me los ha otorgado, primos y amigos.
Desde entonces, me han sorprendido y he sorprendido,
y su admiración por mí no es de desprecio.
Por mi estilo, por mi forma de presentar e integrar mis colores,
si hablo de mí mismo como ser humano, me convierto en un mentiroso.
Si digo que mi sangre es de oro, confíen en mí,
si les conviene, sembrarían hierbas en mi camino.
Si estuvieran en su poder, querrían ser como yo,
pues se han vuelto tan cercanos a mí como una parte mía.
Incluso en sus vestimentas se han copiado de mí,
mucho me han invitado y me han cerrado las puertas.
Y si lloro por ello, no seré un extraño,
pues ni el tiempo ni los silencios servirán de nada.
Si sus abrazos se desvanecen, no habrá rencor,
ya que desde el principio me han hecho sentir ineficacia.
Me he sacrificado antes de que ellos me sacrificaran,
soy yo quien lleva el peso en mi difunto ser.
Es una promesa que mi brazo no se romperá,
no es vergonzoso acudir a la invitación si no hay recibimiento.
La vergüenza sería regresar si me invitan,
mientras continúe llegando y no me tomen en cuenta.
He renunciado a ir, si ellos me quieren, que vengan por mí.