Hemoglobina
La hemoglobina se define como la proteína rica en hierro que se encuentra en los glóbulos rojos, cuya función principal es transportar oxígeno desde los pulmones a los diversos tejidos del cuerpo y transportar dióxido de carbono desde estos tejidos de vuelta a los pulmones. La concentración de hemoglobina en la sangre suele evaluarse a través de un análisis conocido como Hemograma Completo. El rango normal de hemoglobina varía de acuerdo con la edad y el sexo del individuo, considerando que se considera un resultado normal cuando se encuentra entre 14-18 g/dL en hombres adultos y entre 12-16 g/dL en mujeres adultas. Por lo general, una disminución en los niveles de hemoglobina indica la presencia de anemia.
Síntomas de la deficiencia de hemoglobina
Existen diversos síntomas y signos asociados con la disminución de hemoglobina. A continuación, se detallan algunos de estos síntomas:
- Cansancio y fatiga.
- Dificultad para respirar.
- Mareos y vértigo.
- Cefalea.
- Frialdad en manos y pies.
- Piel pálida.
- Aceleración e irregularidad del pulso.
- Incomodidad en los oídos.
- Dolor en el pecho.
Causas de la deficiencia de hemoglobina
Las causas de la disminución de hemoglobina y la anemia son variadas. Algunas pueden provocar una leve reducción en los niveles de hemoglobina sin ser un indicador de un problema de salud, mientras que otras están relacionadas con enfermedades o trastornos en la producción de glóbulos rojos. A continuación, se mencionan algunas de estas causas:
- Deficiencia de hierro: La falta de hierro en el organismo conlleva alteraciones en la producción de hemoglobina en la médula ósea. Este tipo de anemia es el más común, y es frecuente en mujeres embarazadas que no consumen suplementos de hierro.
- Deficiencia de vitaminas: La falta de ciertas vitaminas, como la B12 y el ácido fólico, puede dar lugar a la producción de glóbulos rojos defectuosos. Aunque algunas personas obtienen suficiente vitamina B12, pueden tener problemas para absorberla, lo que se conoce como anemia perniciosa.
- Enfermedades crónicas: Enfermedades como el cáncer, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), la artritis reumatoide y la insuficiencia renal pueden afectar negativamente la producción de glóbulos rojos.
- Aumento en la destrucción de glóbulos rojos: Algunos trastornos pueden causar un mayor descomposición de los glóbulos rojos más rápido de lo que se producen, como el agrandamiento del bazo, hemólisis y vasculitis.
- Pérdida de sangre: El cuerpo puede perder sangre debido a heridas, hemorragias en el tracto digestivo, menstruaciones abundantes o ciertas cirugías.
- Consumo de ciertos medicamentos: Algunos medicamentos, como los utilizados en quimioterapia y fármacos antirretrovirales, pueden interferir en la producción de glóbulos rojos.
- Trastornos en la médula ósea: Varias enfermedades y condiciones de salud que afectan la médula ósea influyen en la producción de células sanguíneas, como la leucemia y la mielofibrosis.
- Anomalías en la estructura de la hemoglobina: Algunas enfermedades causan la producción de hemoglobina anormal, llevando a la muerte prematura de estas células, como ocurre en la anemia de células falciformes y la talasemia.
- Anemia en recién nacidos: Los recién nacidos pueden padecer anemia temporal entre las 6-8 semanas de vida debido a la destrucción de los glóbulos rojos nativos, aunque raramente afecta la salud del bebé. Asimismo, pueden experimentar una destrucción acelerada y anormal de los glóbulos rojos, lo que puede resultar en ictericia.
Tratamiento de la deficiencia de hemoglobina
El tratamiento de la deficiencia de hemoglobina y la anemia depende de su causa subyacente. Por lo general, la deficiencia de hierro y vitaminas se trata mediante suplementos de hierro y vitamina B12. Si la anemia es provocada por una hemorragia, esta debe ser controlada. En ciertos casos, como en la insuficiencia de producción de glóbulos rojos, se pueden utilizar medicamentos como la eritropoyetina para estimular su producción o realizar transfusiones de sangre para aumentar los niveles de glóbulos rojos en el organismo. Además, el paciente puede seguir algunas recomendaciones para incrementar naturalmente sus niveles de hemoglobina, tales como:
- Aumentar la ingesta de hierro: Se aconseja consumir alimentos ricos en hierro para estimular la producción de hemoglobina, como carnes, pescados, huevos, frutas secas, brócoli, verduras de hoja verde, judías verdes y mantequilla de maní.
- Aumentar la ingesta de ácido fólico: Este vitamina del grupo B es esencial para la producción de hemoglobina. Los alimentos ricos en ácido fólico incluyen espinacas, carnes, arroz, aguacate y lechuga.
- Aumentar la absorción de hierro: El consumo de alimentos ricos en vitamina C, A y betacaroteno puede mejorar la absorción de hierro, incluyendo cítricos, fresas, pescado, batatas, zanahorias y mango.
- Moderación en la ingesta de alimentos que dificultan la absorción del hierro: Se debe reducir el consumo de alimentos ricos en calcio, como productos lácteos, cereales e higos, y aquellos que contienen ácido fítico, como semillas de sésamo y nueces.