Poema: Lejanía y el Sabor del Abandono
Lejos de ti, he sentido el dolor y el sufrimiento.
Oh, devorador de esperanzas, ¿acaso son ustedes mi familia?
El amor que profesan es solo una ilusión y engaño.
Aseguran que el amor es puro para mí,
en su bolsillo reside mi alegría, oh, mis anfitriones.
Una carta cuyo remitente es mi propio hogar,
déjenme leerla y la guardaré con cuidado.
El bolsillo de mi camisa no puede contenerlo,
escribo para mí, con dulces palabras que emergen.
Quizás la carta de los seres amados me alivie
del llanto desesperado que no he podido ordenar.
Cuando la vi, la recibí con alegría, rodeada de mis seres queridos,
y vi maravillas en esas letras que me sorprendieron.
El remitente, que nunca interrumpió mis lágrimas, ahora es un consuelo para mí.
Poema: La Separación me Consume, Acepto el Dolor
La separación me agobia mientras no puedo aceptar el sufrimiento.
Cuando el desgarro de los amigos me atormenta, lloro por ello,
el corazón duele y los ojos nunca se secan de sus lágrimas.
Anhelo experimentar el amor de algunos amigos y maldecir a otros,
ojalá Dios haga temer a quien me causa tristeza.
¿Cuándo me llevará el viento a sus tierras,
y cuándo mis amigos ocultos regresarán a su hogar?
Me acerco a esas mejillas de miradas profundas y tristes,
las facciones dulces resaltan, como el blanco de su piel.
Y al encontrarla envuelta en la tela de tu vestido,
prendo las velas del amor y apago las del olvido.
Mientras tanto, yo y los vientos nos mezclamos, navegando sus mares.
Poema: Si Dicen Adiós, es Duro Despedirse
Si dicen que es hora de partir, ¡qué difícil es decir adiós!
¿Cómo despedirse de quien tiene cautivo mi corazón,
cuando el secreto de nuestra separación se ha desvanecido?
Es cierto que quien pierde el control se siente perdido,
y al recordar tu mejilla y tu sonrisa, mi tristeza se agiganta.
Mis palabras se precipitan, se apresuran todas,
me esfuerzo por soportar el dolor en la medida de lo posible.
Cargo mis preocupaciones por el desierto, las vendo y las compro,
vendiéndolas a precios irrisorios que nadie quiere pagar.
He vendido sensaciones por poco, agotando mis ansias,
entre la esperanza y la desesperación, la lucha se intensifica.
Pasó mucho tiempo y sus imágenes permanecen para mí como un renacer,
los días me arrastran, mientras mis brazos se fortalecen.
Desde rincones desconocidos, el tiempo vuela rápidamente.
Poema: Cada Suspenso de mi Corazón Responde a Mis Costillas
Cada latido de mi corazón encuentra respuesta en mis latidos.
Los ojos de la mujer que ha cautivado mi mente me roban la razón,
aunque en su mirada se agolpen muchas personas.
Cavidad mortal, en lo profundo de su mirada hay un hallazgo.
El vasto jueves pasó y ya se fue el día que espero.
El pacto se desvaneció mientras nuestros pies caminaban cansados,
nuestros pies se fatigaron y los ojos derramaron lágrimas.
Las separaciones son dolorosas, ¡qué cruel es vivirlas!
Oh, de hermoso discurso y bellos modales.
Una imagen querida, apreciada por Dios, ¡cuán hermosa es!
Poema: Un Saludo al Pastor
Saludos al pastor de parte de su rebaño, según la voluntad divina.
Es costumbre brindar respeto, y al pastor por su pueblo.
Guías de Dios, líderes de los musulmanes, y un símbolo de nuestra nación.
Un faro y luz de Najd, tanto en sus logros como en sus inicios.
Nos reunimos para honrar una herencia que representa la historia de los árabes.
Sin su pasado, la nación no valdría nada.
Quien lea la historia descubrirá el relato de árabes y territorios.
Siglos de legado que la historia nunca podrá ocultar.
Bienvenidos, oh huéspedes que han venido al hogar de los hermanos.
Las bienvenidas de los anfitriones, que Dios les otorgue larga vida.
Poema: Déjenme Llorar, Oh Terraza y Viento!
Déjenme llorar, oh terraza y viento!
Así son quienes habitan tierras lejanas.
Aún los ojos no han dejado de derramar lágrimas.
Y la pluma organiza versos en este poema.
En esta tierra, hallamos entretenimiento.
Hoy golpean a aquellos que buscan una nueva vida,
y yo, en Londres, anhelo más de lo que puedo imaginar.
Que el Creador actúe conforme a Su voluntad,
oh, viajero que transita por los caminos.
Antes, el periódico urdía su valentía.
Un viaje que no navega sino en cielos favorables.
Se escucha su voz bajo las constelaciones brillantes,
¡oh tú, que caminas en su trayectoria!
Afirmo que las almas de su gente son felices,
le enviaron mis escritos, pero lo despreciaron.
Y lo arrojaron al pliego de Riad, en Buraidah.
Si no hallaron conocimiento o no investigaron bien,
pregúntenme por los conocimientos dignos de confianza.
Aquél es alguien que olvida los balnearios que olvidaron a los suyos.
No me olvidaron, a pesar de que su padre ha partido.