Muerte
La muerte se define como el final de la vida, donde cesan de manera permanente todas las funciones vitales del cuerpo. También se considera como la muerte cerebral total, la detención irreversible de las funciones respiratorias y circulatorias, y se establece conforme a los criterios médicos acordados.
Síntomas de la muerte
La muerte de un individuo que padece una enfermedad terminal suele ir acompañada de una serie de síntomas y signos que indican la proximidad del fallecimiento. A continuación, se presentan los más destacados:
- Pérdida de apetito: Antes de la muerte, es común que el individuo experimente debilidad general, lo que reduce sus ganas de comer debido a la disminución de su necesidad energética. En las etapas finales, puede dejar de alimentarse por completo, y es fundamental mantener sus labios hidratados para evitar molestias por sequedad.
- Aumento en las horas de sueño: Esta situación se debe a la disminución de la efectividad del metabolismo y la energía en el cuerpo, y generalmente se observa un aumento en el sueño entre dos y tres meses antes del fallecimiento. Se recomienda fomentar el movimiento del paciente y garantizar que su cama sea cómoda.
- Menor interacción social: La falta de energía también puede hacer que la persona prefiera permanecer en casa y evitar el contacto con los demás. Es esencial que sus seres queridos organicen visitas para que no se sienta físicamente aislado antes de su muerte.
- Cambios en los signos vitales: La persona que se acerca a la muerte puede experimentar caída en la presión arterial y alteraciones en el ritmo cardíaco, que pueden volverse difíciles de percibir al escuchar. Asimismo, el color de la orina puede tornarse marrón, lo que podría indicar un deterioro en la función renal.
- Cambios en los hábitos de eliminación: Dado que el consumo de alimentos y líquidos disminuye, la necesidad de evacuar y orinar también se reduce significativamente y puede cesar por completo si el paciente deja de comer y beber.
- Debilidad muscular: La proximidad de la muerte puede ir acompañada de un debilitamiento general de los músculos, impidiendo al individuo realizar actividades simples como levantar objetos pequeños o moverse en la cama.
- Reducción de la temperatura corporal: Esto ocurre debido a la mala circulación sanguínea, que se concentra en los órganos internos vitales, lo que resulta en extremidades frías y una piel pálida, a menudo con manchas azuladas o rosadas. Es importante asegurarse de que el paciente esté abrigado, ya que puede no sentir el frío.
- Confusión mental: Algunos individuos pueden experimentar desorientación y dificultad para organizar sus pensamientos en las etapas finales de la vida, lo cual incluye una reducción en la capacidad de concentración y conciencia de su entorno.
- Alteraciones en la respiración: El paciente puede presentar cambios repentinos en su ritmo respiratorio, incluyendo respiraciones aceleradas o pausas.
- Aumento del dolor: Al aproximarse la muerte, es posible que el dolor y los ruidos asociados aumenten, por lo que es importante consultar al médico sobre la necesidad de administrar analgésicos.
- Alucinaciones: Puede haber episodios de alucinaciones y percepciones distorsionadas. En estos casos, es recomendable que los visitantes no intenten corregir lo que dice, ya que esto podría afectar negativamente su estado emocional.
Causas más comunes de muerte
Las causas de muerte son diversas y algunas enfermedades representan un peligro mayor que otras. Según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud en 2016 para identificar las causas de muerte más comunes, se determinó que aproximadamente el 54% de las muertes registradas a nivel mundial ese año, que sumaron 56.9 millones, estaban relacionadas con diez causas principales. A continuación, se enumeran estas causas:
- Enfermedad cardíaca isquémica: Este trastorno provoca el estrechamiento de las arterias que suministran sangre al corazón, impidiendo su oxigenación adecuada, lo que puede resultar en ataques al corazón y muerte.
- Accidente cerebrovascular: Ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre a una parte del cerebro, lo que puede llevar a la muerte celular en minutos y, potencialmente, del individuo.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): Esta es una enfermedad respiratoria crónica que dificulta la respiración, siendo el principal causante la exposición prolongada a sustancias irritantes como contaminantes del aire y humo de cigarrillos.
- Infecciones del tracto respiratorio inferior: Estas enfermedades, que incluyen neumonía y bronquitis, son las infecciones más letales y afectan las áreas por debajo de la laringe del tracto respiratorio.
- Alzheimer y demencia: El Alzheimer es un trastorno que afecta las células del cerebro, causando muerte celular y deterioro en la memoria, enfoque y pensamiento, siendo una de las principales causas de demencia.
- Cáncer de pulmón y vías respiratorias: El cáncer implica un crecimiento celular anormal, con más de cien tipos, siendo los cánceres mencionados los más mortales.
- Diabetes: Una serie de condiciones que afectan la manera en que el cuerpo maneja el azúcar, resultando en complicaciones que pueden ser mortales.
- Accidentes de tráfico: Estos accidentes causaron aproximadamente 1.4 millones de muertes en 2016.
- Infecciones que causan diarrea: La diarrea puede ser un síntoma de varias infecciones gastrointestinales, y puede ocasionar deshidratación severa y mortalidad, especialmente en niños.
- Tuberculosis: Esta enfermedad bacteriana, que comúnmente ataca los pulmones, provoca síntomas como tos persistente, pérdida de peso y sudoración nocturna, además de ser potencialmente mortal.