Citas de la novela «Perdóname»
A continuación se enumeran algunas:
- Un día me dijiste que los sueños comienzan de repente, se crean en un abrir y cerrar de ojos, nacen en momentos que no esperamos que algo pueda surgir.
- Eres más fuerte de lo que pretendes, más resistente de lo que demuestras. A pesar de tu suavidad y fragilidad, y de lo fácil que es herirte, eres una mujer digna y poderosa, con raíces profundas y antiguas. Una mujer auténtica que ruge cuando es menospreciada y se expande cuando alguien intenta limitarte o ignorarte.
- Eres la mujer que no se parece a ninguna otra, a pesar de que encarnas a todas las mujeres. Eres la fácil y la difícil, la cercana y la lejana, lo que temo y lo que deseo.
- No sabía que la confianza era la parte más hermosa del amor. Esa confianza que nos permite dormir cada noche con la certeza de que el amor nos unirá, de que al despertar encontraremos al otro enamorado de nosotros, como si se hubiera sumergido en el amor durante la noche. Lo más hermoso del amor es esa fe en que creceremos juntos, compartiremos alegrías y lágrimas, nos enfermaríamos juntos, y nos mantendremos fieles, incluso si la muerte nos separa.
- Las sorpresas revelan nuestros sentimientos más profundos.
- Creo firmemente que la distancia nos enseña a acostumbrarnos a la ausencia. Puede que al principio nos sumerja en la añoranza, pero eventualmente nos adaptaremos. Así que siempre recuerda que la distancia nos embellece.
- No sé cómo vives en mí y yo en ti, a pesar de tu claridad y de mi oscuridad, de tu luz y de mi sombra.
- Pero sé que Dios mora en mí a pesar de mis faltas hacia Él.
- Tu ausencia se ha prolongado en la misma medida que mi decepción, y mi indiferencia ha sido proporcional a la espera.
Frases conmovedoras de la novela «Perdóname»
Las cuales son las siguientes:
- Te pregunté una vez si eras masculina, recuerdo cómo levantaste la cabeza y lanzaste esa mirada incisiva como un proyectil de fuego. Tus ojos eran tentadores a pesar de su dureza y desafío. No sé cómo me cautivaste tan rápido, Juman, no entiendo cómo robaste mi corazón desde la primera vez que te vi. Te provocaba constantemente aquel día; mi sed de provocarte crecía tras cada palabra y cada oración. Tu ira era deliciosa y el rubor en tus orejas era excitante. Eras, en resumen, «la musa» y no estaba dispuesto a dejarte ir después de encontrarte. Cuando saliste del café, decidí que debías ser mía; nunca permitiría que fueras de nadie más.
- A veces siento que Dios nos castiga con el amor.
- La gente piensa que el amor es un gran regalo, una bendición divina que envidian unos a otros y piden a Dios que se la otorgue, agradeciéndole cuando lo hace. Sin embargo, creo que Dios nos prueba con el amor, y no nos recompensa con él. El amor es solo una prueba, y estoy afligido por tu amor. Por eso rezo a Dios que me libre de este amor, le pido y no responde a un desobediente como yo. Entonces temo aún más, me hundo en ti y me enamoro más, sufro y tengo miedo del enojo divino que se manifiesta en ti hacia mí.
- Es un rostro que conoces, y otro que ignoras.
- Te dije una vez que a veces siento que vivías en un país diferente al nuestro. Me dijiste que era el mismo país, pero yo lo veo desde otra perspectiva.
- Echo de menos tus canciones, tu excepcional gusto musical que no tiene relación con tu edad. Eres quien ama la autenticidad de la música, ya sea árabe o extranjera. Quien te ve no puede creer lo que te gusta, y lo que escuchas, el marcado contraste entre tu apariencia moderna y tu gusto clásico, es algo que nadie imagina, y solo yo lo conozco.
- Te amo, te temo y me cuido de este amor. ¿Cómo puedes arrastrarme contigo mientras yo camino cautelosamente junto a las paredes?
- Al leer tus cartas, sentí la nostalgia; añoré su espontaneidad y caos. Extrañé los muchos espacios entre tus palabras, y esos dos puntos que utilizas para concluir cada mensaje, como si los firmaras con tu nombre al final de cada carta.
- La extranjería no tiene explicación ni es una condición específica. En la extranjería, ascendemos gracias a la libertad y al desembarazo de las ataduras que nos unen a la sociedad, la familia y la patria. Pero también caemos mucho por la añoranza, el deseo y la necesidad de aquellos que nos aman y se preocupan por nosotros.
- Te amo, pero no puedo ser yo mismo contigo. Te gusta la imagen que tengo, una que no se parece a mí y que solo tú puedes ver, una imagen que solo existe en tus ojos. La imagen que tú creaste, por la que luché para parecerme y encajar, para formarla solo para complacerte, pero no pude mantenerla. Intenté muchas veces resistir, pero también colapsé en múltiples ocasiones. Intenté reunir mis fuerzas y los restos de la imagen que amas, pero no pude hacerlo más allá de lo que ya hice.
- Se que tienes tus motivos para insistir, lo entiendo, pero no comprendes que necesito que te alejes de mí por un tiempo. Que me des un gran espacio para reflexionar, planificar y evaluar mis ganancias, pérdidas, pros y contras. Sé que no te equivocaste en nada, y que no es tu culpa. Pero necesito que me dejes un momento, que me sueltes un tiempo para regresar seguro y convencido en lugar de quedarme dudando y actuando de manera hipócrita contigo.
- Me acostumbraste a tus mensajes, y ahora soy como un bebé que vive de ti, sintiendo deshidratación cuando me privas de tus cartas.
Fragmentos que me gustaron de la novela «Perdóname»
Como los siguientes:
- Eras diferente a mí en todo, no había nada en lo que nos asemejáramos, y realmente no sé cómo nos atraemos a pesar de nuestras diferencias.
- Sabes muy bien, así como yo, que no soy un hombre perfecto; estoy lejos de ser uno ideal, pero tampoco soy el peor de ellos, aunque insistas en lo contrario.
- Sé que me ves como una bestia rabiosa que devora mujeres solo para desecharlas después, sin ningún sentimiento de culpa. Pero no soy así, Juman; solo soy un hombre… un hombre con todas las cualidades y defectos que conllevan ser hombre, lleno de fallas, pero también con muchas virtudes que no sé por qué no puedes ver, ni con tus ojos ni con tu conciencia.
- Fuiste testaruda, y una mujer como tú, cuando se opone, no se disculpa a menos que sea con una súplica humillante; así que nunca me disculparía por lo que salió de mí.
Citas cortas y bellas de la novela «Perdóname»
Son las siguientes:
- Un hombre sigue siendo un niño hasta que su madre muere; si ella muere, de repente envejece.
- Estoy quebrado, como siempre tú; eres dura, como es habitual en mí.
- Pero no pude vomitar la tristeza, el miedo y la ira.
- Siempre he creído que las madres son pequeñas patrias.