Educación
La educación puede parecer sencilla y accesible en la superficie. Sin embargo, en esta era altamente tecnológica, es esencial que los educadores adopten métodos nuevos que se caractericen por su apertura y por estar en sintonía con las innovaciones, sin perder de vista el contenido y el propósito de la educación. Las diversas técnicas educativas propuestas por los especialistas pueden variar, y la responsabilidad de elegir las más adecuadas recae en los padres, dependiendo de la personalidad y el comportamiento de sus hijos.
Principales métodos educativos contemporáneos
Existen múltiples enfoques modernos en la educación, entre los cuales se destacan:
- Método del diálogo: Dedica tiempo para conversar con tu hijo, alejados de la televisión. Enséñale a dialogar con los demás y, antes que nada, a expresar su opinión con claridad y respeto. Sé un modelo a seguir para tus hijos; esta es una de las formas más efectivas de inculcar conceptos positivos en ellos.
- Método del equilibrio: Equilibra las necesidades emocionales, físicas y mentales de tu hijo. Fomenta el desarrollo de todas estas áreas sin caer en excesos o carencias. Ayúdalo a equilibrar sus deseos, ya sea el disfrute de una comida deliciosa, la lectura de cuentos infantiles o la atención a su higiene personal.
- Método de la motivación: Fortalece la confianza en sí mismo de tu hijo, ya que esta es la clave para que se adapte a diversas circunstancias y desafíos. Anímalo a hablar frente a adultos y, sin importar los problemas o circunstancias, recuerda recompensarlo con un pequeño obsequio cuando muestre un comportamiento positivo destacado.
Principio de recompensa y castigo
La violencia, que incluye gritos, insultos, amenazas y golpes, no es más que una solución temporal a la crisis que enfrentan tanto el niño como los padres. Este comportamiento deja diversas huellas psicológicas en el desarrollo del niño, que pueden llevar al aislamiento, al miedo a expresar su opinión, y a una percepción negativa de sí mismo. El niño no puede diferenciar entre su comportamiento inapropiado, que necesita corrección, y su personalidad. Esto puede derivar en una visión pesimista de sí mismo, en lugar de un enfoque en modificar ese comportamiento. Por otro lado, las recompensas, que conllevan aspectos positivos, también deben ser reguladas para que no pierdan su valor ante los ojos del niño.
Alternativas al castigo
- Acepta a tu hijo tal como es, con sus virtudes y defectos, esto te ayudará a evitar reacciones emocionales recurrentes ante el mismo error.
- Ignora el error de tu hijo en el momento. Revísalo más tarde, cuando la ira haya desaparecido.
- Implementa un sistema de gráficos; por ejemplo, uno para controlar el tiempo de sueño, las molestias o el desorden en su habitación de juegos. Observa y registra la evolución del comportamiento del niño; podría mejorar en una semana, un mes o un año.
- Estudia la posibilidad de privar a tu hijo de ciertos privilegios que aprecia, siempre y cuando estés claro al respecto previamente.