Brócoli
El brócoli posee propiedades anticancerígenas, gracias a su contenido de sulforafano, que puede reducir el tamaño y la cantidad de células cancerígenas en el tejido mamario en un 75%. Ingerir una cantidad considerable de vegetales crucíferos, como el brócoli, puede disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de colon y recto.
Zanahoria
Diversos estudios han demostrado que el consumo de zanahorias puede reducir el riesgo de varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de estómago, cuyo riesgo disminuye en un 26%, así como un 18% para el cáncer de próstata. También se ha relacionado con una menor incidencia de cáncer de pulmón.
Mora
Las moras son ricas en pigmentos vegetales, como los antocianos, que poseen propiedades antioxidantes, ayudando así a mitigar el riesgo de contraer cáncer. Investigaciones indican que consumir moras durante siete días consecutivos puede reducir el crecimiento de células cancerígenas en un 7% para aquellos que padecen cáncer de colon.
Manzana
Las manzanas contienen compuestos vegetales como los polifenoles, los cuales poseen propiedades anticancerígenas y antitumorales. Estos compuestos pueden ayudar a prevenir inflamaciones y enfermedades cardiovasculares. Además, las manzanas son ricas en floretina, que inhibe el crecimiento de células cancerígenas en el tejido mamario sin afectar a las células sanas.
Nuez
Las investigaciones muestran que todos los frutos secos tienen propiedades anticancerígenas, siendo la nuez uno de los más destacados. Contiene pedunculagina, un compuesto que el cuerpo transforma en diuréticos, los cuales se relacionan con receptores de estrógeno, protegiendo así al organismo del riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Ajo y cebolla
Estudios revelan que el ajo y la cebolla previenen la formación de nitrosaminas, que son sustancias carcinógenas altamente potentes que pueden proliferar en distintas áreas del cuerpo, como el colon, el hígado y el tejido mamario. Un consumo elevado de ajo y cebolla proporciona al organismo compuestos de azufre que actúan químicamente para prevenir el desarrollo de cáncer, además de inhibir la proliferación de células cancerígenas.
Pescado
Los pescados grasos son ricos en ácidos grasos omega-3, que ayudan a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Por esta razón, se recomienda incluir este alimento en una dieta saludable.
Tomate
El tomate es fuente de licopeno, un antioxidante que puede ser más poderoso que el beta-caroteno, el alfa-caroteno y la vitamina E. Este compuesto se clasifica como anticancerígeno, ya que protege frente a diversos tipos de cáncer, incluyendo el de próstata y pulmón.