Antibióticos
Los antibióticos son uno de los medicamentos más utilizados, recetados para tratar diversas condiciones y enfermedades causadas por infecciones bacterianas. Su función principal es eliminar las bacterias patógenas y prevenir su multiplicación. La elección de un tipo específico de antibiótico se basa en el tipo de infección, la resistencia de la bacteria y la ubicación de la infección. A pesar de los muchos beneficios que ofrecen los antibióticos, su uso excesivo puede provocar efectos adversos, especialmente en los niños.
Consecuencias del uso excesivo de antibióticos en niños
Las siguientes son algunas de las consecuencias del uso excesivo de antibióticos en niños:
- Afectan el sistema inmunológico del niño; además de eliminar las bacterias causantes de enfermedades, los antibióticos también destruyen las bacterias beneficiosas presentes en el organismo, lo que altera el equilibrio bacteriano.
- El uso frecuente de antibióticos durante episodios febril puede incrementar la resistencia de los niños a estos medicamentos.
- Con el tiempo, los antibióticos pueden volverse ineficaces, ya que las bacterias desarrollan resistencia a ellos.
- Pueden disminuir la efectividad del sistema inmunológico de los niños, aumentando así su vulnerabilidad a enfermedades potencialmente mortales.
- El uso indiscriminado de antibióticos sin un diagnóstico adecuado puede enmascarar otras enfermedades en niños, como la meningitis, distorsionando la presentación clínica de la misma.
- Pueden contribuir al aumento de peso, ya que estudios han demostrado que el uso intenso de antibióticos en niños menores de dos años puede incrementar el riesgo de obesidad debido a los cambios que provocan en su intestino delgado.
- En algunos casos, pueden afectar la densidad ósea y dental de los niños.
Enfermedades que requieren antibióticos
La mayoría de las enfermedades comunes que afectan a los niños, como resfriados y gripes, son causadas por virus, por lo que los antibióticos no tienen efecto en estos casos. Sin embargo, se pueden prescribir antibióticos tras realizar un análisis de sangre y confirmar la presencia de bacterias en las siguientes circunstancias:
- Faringitis y amigdalitis.
- Otitis media.
- Neumonía.
- Escarlatina.
- Infecciones cutáneas bacterianas.
- Infecciones del tracto urinario.
Advertencia: Se aconseja administrar antibióticos a los niños únicamente bajo supervisión médica para determinar el tipo adecuado y la dosis correcta. Es fundamental completar el tratamiento prescrito para evitar la reactivación de las bacterias. Este tratamiento suele durar entre una semana y diez días. Se debe evitar el uso continuo de antibióticos en niños, ya que puede provocar múltiples complicaciones, como trastornos gastrointestinales, vómitos, diarrea, pérdida de apetito y dermatitis, especialmente en la zona del pañal. Los médicos recomiendan prestar atención a la dieta infantil y proporcionarles alimentos que actúan como antibióticos naturales, como miel, cebolla, jengibre, aceite de albahaca, canela, cardamomo, cúrcuma, fenogreco y tomillo.