El Último en Entrar al Paraíso
El Profeta Muhammad -la paz y las bendiciones sean con él- habló en un hadiz auténtico sobre la última persona en ingresar al Paraíso, quien es también la última en salir del Infierno. Este tema se ha transmitido a través de varias narraciones, y a continuación se detalla cada una de ellas.
Primera Narración
El sabio narrador Al-Bujari, a través de Abdullah bin Mas’ud, relató que el Profeta -la paz y las bendiciones sean con él- mencionó a la última persona que saldrá del Infierno y la última que entrará al Paraíso; se trata de un hombre que entrará al Paraíso gateando. Este hombre se dirigirá a Dios -Exaltado sea- y se le ordenará que ingrese al Paraíso. Sin embargo, al intentar entrar, le parecerá que está lleno y regresará a su Señor, diciendo: «Lo encuentro lleno». Dios le ordenará nuevamente que entre, pero experimentará la misma sensación, creyendo que sigue lleno. Este escenario se repetirá una tercera vez, hasta que Dios, glorificado sea, le diga: «Ve y entra al Paraíso, pues te he concedido lo equivalente a la vida terrenal y diez veces más». El hombre responderá: «¿Te estás burlando de mí, siendo Tú el Rey?»
Segunda Narración
En un hadiz auténtico narrado por Abu Sa’id Al-Judri, se menciona que el menor en posición entre los habitantes del Paraíso será un hombre a quien Dios -Altísimo sea- desvió de las llamas del Infierno hacia el Paraíso. Luego, Dios le mostró una sombra de un árbol y le pidió que lo colocara bajo su sombra, prometiendo no solicitar nada más. Una vez que Dios -Exaltado sea- respondió a su súplica y lo colocó bajo la sombra del árbol, le apareció otro árbol con sombra y frutos, y pidió a Dios que lo llevara allí para disfrutar de sus frutos y su sombra. Este mismo proceso se repetirá hasta que Dios -Exaltado sea- le muestre un árbol con sombra, frutos y agua. Él volverá a solicitar a Dios que lo bendiga con sus riquezas y agua, y cuando Dios le conceda su pedido, verá el Paraíso y escuchará a sus habitantes. Pedirá a Dios que le permita estar en la puerta del Paraíso, y Dios le concederá su deseo. Al asomarse, al ver la gloria de sus habitantes y lo que ellos disfrutan, pedirá entrar en el Paraíso. Al responder Dios a su súplica, le invitará a desear cualquier cosa que desee. Una vez que el hombre exprese todos sus deseos, Dios le otorgará diez veces más de lo que había pedido. Así, ingresará a su hogar en el Paraíso, donde le recibirán sus dos esposas de huríes. Este hadiz ilustra la recompensa que aguarda a aquellos que trabajan por el Paraíso y disfrutan de sus regalos. Si este es el regalo inmenso para el inhabitante de menor rango, ¿qué podemos esperar de aquellos que ocupan posiciones más altas y son más dignos?