Última Campaña del Profeta Muhammad
La última campaña en la que participó el Profeta Muhammad -la paz y las bendiciones sean con él- junto a sus compañeros fue la Batalla de Tabuk. Esta tuvo lugar en el mes de Rajab del noveno año de la Hégira, cuando las tropas romanas comenzaron a acercarse a Medina para enfrentarse a los musulmanes, alcanzando la región de Al-Balqa en Jordania. El Profeta expresó su deseo de confrontar al enemigo sin duda ni demora, ordenando a sus seguidores que se prepararan para la batalla. Así, se unieron a él alrededor de treinta mil musulmanes, entre los cuales había un número de hipócritas que intentaron desanimar al Profeta y justificar su ausencia en la campaña contra el ejército romano.
Llegada de los Musulmanes a Tabuk
Los musulmanes recorrieron largas distancias, y su travesía duró un mes completo. Durante este tiempo, enfrentaron múltiples desafíos y pruebas difíciles. Al llegar a Tabuk para encontrarse con el enemigo, se sorprendieron al descubrir que el ejército romano no estaba presente como se había esperado. Los musulmanes comprendieron que las tropas romanas habían huido, ya que sus líderes dudaron de su capacidad para enfrentar a un ejército musulmán de treinta mil hombres, liderados por el Profeta de Dios. El Profeta -la paz sea con él- permaneció en Tabuk durante un tiempo considerable, que se dice que alcanzó hasta veinte días, esperando la llegada del ejército romano, pero esta nunca se materializó, por lo que los musulmanes regresaron triunfantes.
Regreso del Ejercito a Medina
En su camino de regreso a Medina, el Profeta pasó por la Mezquita del Daram, que había sido utilizada por los hipócritas, y la destruyó. Al llegar a la ciudad, los hipócritas comenzaron a presentarse ante él para ofrecer disculpas y justificar su ausencia en la campaña. Entre ellos estaban tres de los compañeros que se habían excusado sin una razón válida, entre ellos Ka’b bin Malik -que Allah esté complacido con él-. Sin embargo, estos se mostraron sinceros ante el Profeta, quien decidió apartarse de ellos junto a todos los musulmanes durante cincuenta noches, hasta que Dios -el Altísimo- reveló la noticia de su perdón y absolución hacia ellos.