Versos de poesía dulce

Poema: Te veo, resistente a las lágrimas

Uno de los versos más hermosos de Abu Firas al-Hamdani:

Te veo, resistente a las lágrimas, tu carácter es la paciencia

No hay prohibición que te atenaza por amor ni orden alguno

Pero sí, anhelo, y dentro de mí existe un ardor

Sin embargo, alguien como yo no debe revelar un secreto

Cuando la noche me rodea, extiendo la mano al deseo

Y nada queda de este orgullo sino lágrimas de vergüenza

La llama arde casi dándome luz dentro de mis venas

Al recordarte, ardor y reflexión se entrelazan

Mi esperanza de unión y la muerte entre medias

Si muero sediento, que no caiga la lluvia

He preservado y he perdido la cercanía entre nosotros

Y mejor que algunos pactos de lealtad, te doy mis disculpas

Estos días no son más que papeles

Con letras escritas por la mano del ser humano

Yo mismo soy de los que caminan en la ciudad, un caminante

Mi amor tiene un costo y su alegría es una excusa

Me vuelvo hacia quienes murmuran sobre mí, pues tengo

Un oído que no escucha a cada chismoso que se acerca

Me muestro en mi hogar, aunque sé que

Una casa donde tú no estés es un lugar vacío

Si lo que han dicho los rumores resulta ser cierto

La fe podría derribar lo que el odio ha construido

Y en la fidelidad hay, en ciertos casos, humillación

Para una mujer entre la gente que es conocida por su traición

Serena y joven, su essência puede provocarla

Y a veces suena como un potro joven resoplando

Me pregunta quién soy, siendo ella consciente

¿Acaso hay alguien como yo que no reconoce su situación?

Respondí como quiso, y como el amor le dictó

Su amante, dijo, ¿quién es? Hay muchos, en verdad

Le respondí, si así lo quisieras, no serías tan inquisitiva

Ni preguntarías por mí cuando ya sabes de mi ser

Dijo que el destino ha cambiado mi fortuna a tu partir

Respondí, ¡oh, Dios! en verdad, tú no eres el destino

Poema: Déjame buscar la riqueza, porque yo

Dijo Urwah ibn al-Ward:

Déjame buscar la riqueza, porque he visto

Que la peor de las personas es el pobre

Y el más alejado y menospreciado entre ellos

Aunque haya ascendido en linaje y virtudes

Su esposa lo desestima y hasta el más pequeño lo ridiculiza

Y se encuentra el rico, y él posee grandeza

Que casi hace volar el corazón de su compañero

Es poco su pecado, mientras que sus malas acciones son muchas

Pero para la riqueza hay un Señor que perdona

Poema: Conocí el amor

Dijo Tahir Abu Fasha:

Conocí el amor desde que conocí tu amor

Cerré mi corazón a quienes te odian

Y me puse a hablar contigo, oh, tú que ves

Los secretos de los corazones y no nos vemos

Te amo con dos tipos de amor: el amor de deseo

Y un amor porque eres digno de ello

Así que respecto al amor del deseo

Déjame recordar sólo a ti y a nadie más

Y respecto a aquel amor, que tú mereces

Me has mostrado el velo hasta que te vea

No mi alabanza en mí, ni eso es para mí

Sin embargo, toda la alabanza es tuya en esto y en aquello

Te extraño con dos ansias: la de la distancia

Y la de estar cerca de quien anhelo

Así que en cuanto a aquel amor por la distancia

Me lleva lágrimas por la duración de mi anhelo

Y en cuanto a mi añoranza por estar cerca de mi amado

Es un fuego de vida que he apagado en tu ausencia

No me quejo del dolor del anhelo

Estuve contento con lo que me diste en tu guía

Poema: El sueño se ha ido de mis ojos y me ha abandonado

El sueño se ha ido de mis ojos y me ha abandonado

Y he llorado por vuestra partida, despierto de mis cejas

Mi alma anhela el encuentro, pues

Aumenta mi fe cuando estoy cerca de ustedes

Yo solía esperar un encuentro constante

Hoy me conformo con unos breves instantes

No he dicho mentira alguna cuando dije que los amo

El amor es solo amor en el nombre del Creador

Se acaba, desaparece toda pasión falsa

Y los anhelos se convierten en resentimiento

Pero si la amistad es con mi Creador

Allí se encuentran bajo Su trono

Poema: Oh mío, no me castiges, porque yo

Dijo Abu al-Attahiyah:

Oh, mi Dios, si mis pecados son muchos

Sabes que tu perdón es aún más grande

Si solo el virtuoso espera tu perdón

Entonces, ¿a quién recurrirá el culpable?

Te llamo, oh Señor, como me has ordenado, con humildad

Y si cierras tu mano, ¿quién tendrá compasión?

No tengo otra vía hacia ti, salvo la esperanza

Y la belleza de tu perdón, y yo soy un musulmán

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