Síntomas de la Pielonefritis
Los síntomas de la pielonefritis suelen aparecer dentro de dos días tras la exposición a una infección. A continuación, se presentan estos síntomas:
- Síntomas comunes:
- Fiebre superior a 38.9 grados Celsius.
- Necesidad urgente y frecuente de orinar.
- Presencia de sangre o pus en la orina.
- Dolor en el abdomen, el flanco, la espalda, y en la región de la ingle.
- Olor a pescado en la orina, junto con orina turbia.
- Dolor o escozor al orinar.
- Otros síntomas:
- Náuseas y vómitos.
- Cansancio y fatiga.
- Alteraciones en la función cognitiva.
- Piel húmeda.
- Escalofríos.
- Malestar general y sensación de enfermedad.
Causas de la Pielonefritis
La pielonefritis se produce debido a la exposición a bacterias o virus que causan una infección en la vejiga. Estas infecciones pueden trasladarse a través del torrente sanguíneo, afectando uno o ambos riñones. Es importante destacar que la pielonefritis es una forma de infección del tracto urinario. En algunos casos, la bacteria causante de la infección puede trasladarse desde otras partes del cuerpo a los riñones por vía sanguínea. Es poco común que una cirugía renal dé lugar a una pielonefritis.
Factores de Riesgo para la Pielonefritis
Existen varios factores que aumentan el riesgo de desarrollar pielonefritis, tales como los siguientes:
- Género: La uretra es más corta en las mujeres que en los hombres, lo que facilita que las bacterias lleguen a la vejiga y provoquen una infección. Además, la apertura de la uretra externa está cerca de la vagina y del recto, lo que favorece la entrada de bacterias desde esas zonas.
- Embarazo: El aumento de tamaño del útero durante el embarazo ejerce presión sobre la vejiga, reduciendo el flujo de orina desde los riñones hasta la vejiga, lo que facilita que las bacterias presentes en la vejiga se trasladen a los riñones.
- Inmunidad comprometida: La debilidad del sistema inmunológico puede deberse a múltiples factores como la diabetes, la infección por VIH, o el uso de ciertos medicamentos.
- Alteraciones en el flujo urinario: Algunas condiciones pueden ocasionar una disminución en el flujo de orina, incluyendo cálculos renales, estrechamiento de la uretra o aumento del tamaño de la próstata. Un flujo adecuado de orina en las vías urinarias es vital para prevenir infecciones.
- Daño nervioso: Lesiones en los nervios que rodean la vejiga, o daños en la médula espinal, pueden predisponer a infecciones en la vejiga que eventualmente afectan a los riñones.
- Uso prolongado de catéter: La utilización de catéteres durante períodos prolongados, como en cirugías o estancias hospitalarias, incrementa el riesgo de infecciones del tracto urinario.
- Reflujo vesicoureteral: Generalmente diagnosticado en la infancia, esta condición implica el regreso de pequeñas cantidades de orina desde la vejiga hacia el riñón, llevando consigo bacterias.
- Retención urinaria: La incapacidad para vaciar completamente la vejiga contribuye a un mayor riesgo de infección.