Turmeric y Jengibre
El cúrcuma, conocido científicamente como Turmeric, es una de las plantas herbáceas más reconocidas de la familia Zingiberaceae. Su origen se encuentra en la región occidental de la India, aunque su cultivo se ha expandido a diversas áreas del este asiático, incluidas China, Taiwán y Pakistán, así como a algunos países europeos y otras regiones del mundo. Este tipo de planta destaca por su alto valor nutricional y contiene compuestos con propiedades terapéuticas. Además, se utiliza como uno de los principales potenciadores de sabor, aportando a los alimentos y platos diferentes un sabor delicioso y un color vibrante. También se le considera un tratamiento sagrado en la medicina ayurvédica. Por su parte, el jengibre, conocido como Ginger, es ampliamente utilizado en diversas aplicaciones gracias a su sabor atractivo y sus numerosos beneficios para la salud física y fisiológica. Se cultiva en regiones cálidas y, al igual que el cúrcuma, pertenece a la familia de las plantas zingiberáceas.
La combinación de cúrcuma y jengibre se usa principalmente para combatir la grasa y la obesidad. Esto se logra mezclando una cucharada grande de polvo de cúrcuma con una cucharada de jengibre fresco y añadiendo tres tazas de agua, después de lo cual se deben hervir bien los ingredientes. Es recomendable consumir esta mezcla tres veces al día antes de las comidas principales. Aparte de ayudar con la pérdida de peso, esta receta también es eficaz para combatir inflamaciones y problemas gastrointestinales, como la flatulencia y la indigestión. Sin embargo, es importante señalar que la combinación de estos dos ingredientes puede resultar en diversas complicaciones y riesgos para la salud en algunas personas, los cuales se abordarán a fondo en este artículo.
Riesgos del Cúrcuma y Jengibre
- Las personas con diabetes, de cualquier tipo, deben evitar esta mezcla, ya que el cúrcuma contribuye a reducir los niveles de azúcar en sangre, lo que puede interferir con los medicamentos para esta condición y provocar una caída peligrosa en el azúcar. Además, el jengibre no es beneficioso para los diabéticos, ya que no ayuda a quemar el azúcar en el organismo.
- El cúrcuma puede presentar un riesgo para la salud de las mujeres embarazadas, ya que actúa como un potente estimulante natural del útero, aumentando la probabilidad de aborto espontáneo. Asimismo, es preferible evitar tanto el jengibre como el cúrcuma si existen problemas con la vesícula biliar, dado que el cúrcuma puede favorecer la formación de cálculos biliares y obstruir los conductos biliares debido a sus propiedades que estimulan los niveles de oxalatos en la orina.
- Se desaconseja su consumo antes de someterse a procedimientos quirúrgicos, y se debe evitar al menos dos semanas antes de la operación, ya que el cúrcuma puede aumentar la probabilidad de hemorragias al disminuir la coagulación sanguínea, así como aumentar los casos de hematomas. El jengibre, por su parte, puede intensificar la caída de presión en el cuerpo y acelerar el ritmo cardíaco.