Ozon
El ozono (en inglés: Ozone) se define como una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno, a diferencia de la molécula de oxígeno común que está formada por solo dos átomos. Se puede afirmar que el ozono es el responsable del característico olor que se percibe en el ambiente después de las tormentas eléctricas o al estar cerca de dispositivos eléctricos. Este gas se encuentra de forma natural en el medio ambiente y tiene un color azul claro. Su descubrimiento químico tuvo lugar en el año 1872, y se encuentra en pequeñas cantidades en la estratosfera, donde actúa absorbiendo la radiación ultravioleta que atraviesa esta capa. Esto protege a los organismos vivos de los daños que estas radiaciones pueden causar. Es importante mencionar que la producción de ozono por parte del ser humano se realiza al hacer pasar una corriente eléctrica a través de un flujo de gas oxígeno o aire seco.
Efectos adversos del tratamiento con ozono
La exposición al gas ozono representa un peligro para la salud, ya que tiene efectos tóxicos sobre los pulmones al combinarse con el gas dióxido de nitrógeno en la niebla tóxica (en inglés: Smog). Además, aumenta el riesgo de mortalidad debido a enfermedades respiratorias. La exposición incluso a cantidades pequeñas puede provocar irritación en los pulmones y la garganta, lo que resulta en tos, dificultad para respirar y daño a tejidos pulmonares susceptibles a infecciones. Sin embargo, el uso de ozono en tratamientos se considera seguro, aunque existen casos raros de efectos adversos, que se presentan de la siguiente manera:
- Dificultad para respirar.
- Alteración de la función de ciertas enzimas.
- Inflamación de algunos vasos sanguíneos.
- Debilidad en la circulación sanguínea.
- Problemas cardíacos.
- Aumento del riesgo de accidente cerebrovascular.
- Daño en el tímpano.
- Ruptura de partes del intestino.
- Embolia pulmonar (en inglés: Pulmonary embolism), que ocurre cuando un coágulo sanguíneo se desplaza desde otra parte del cuerpo hacia los pulmones y bloquea un vaso sanguíneo, lo que puede causar daño pulmonar permanente o reducir el suministro de sangre y oxígeno a otros órganos. Este riesgo se presenta especialmente al administrar ozono a través de vías intravenosas.
Usos del tratamiento con ozono
A pesar de los peligros asociados al ozono mencionados anteriormente, investigaciones continuas han demostrado su efectividad en el tratamiento de ciertas condiciones médicas, asegurando el éxito en la mayoría de los casos, con efectos secundarios menores que pueden ser evitados. El ozono se utiliza en el ámbito médico para inhibir la actividad de distintos tipos de bacterias, virus, hongos, entre otros. Además, se han desarrollado nuevas técnicas para aprovechar el ozono con fines terapéuticos sin que este se libere al medio ambiente. Cabe destacar que el tratamiento con ozono ayuda al cuerpo a eliminar células inflamadas, permitiendo su reemplazo por otras sanas. A continuación se presentan algunas de las condiciones para las cuales se utiliza el tratamiento con ozono:
- Trastornos respiratorios: el tratamiento con ozono ha demostrado ser beneficioso para aquellos que padecen problemas respiratorios, ya que incrementa la cantidad de oxígeno en la sangre, aliviando la carga de los pulmones. Algunas de las condiciones probadas incluyen:
- Asma (en inglés: Asthma): enfermedad crónica caracterizada por la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias, causando episodios de dificultad para respirar, tos, y opresión en el pecho. Esta enfermedad puede afectar a personas de todas las edades y suele comenzar en la infancia, aunque el centro médico académico Mayo Clinic no recomienda el uso de ozono para el tratamiento del asma.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (en inglés: Chronic obstructive pulmonary disease): afección crónica que causa la obstrucción de las vías respiratorias y se agrava con el tiempo. El tabaquismo es la principal causa de esta enfermedad, además de la exposición a la contaminación del aire y factores genéticos.
- Síndrome de dificultad respiratoria aguda: también conocido como SARS, resulta de una infección viral transmitida de animales a humanos, presentando síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, dolor de cabeza y diarrea. Este síndrome se propagó en 2003 en 26 países, reportándose alrededor de 8000 casos en ese entonces, y su aparición ha disminuido notablemente desde entonces.
- Complicaciones de la diabetes: el estado de oxidación en el cuerpo de los pacientes diabéticos puede dar lugar a múltiples complicaciones. El tratamiento con ozono proporciona oxígeno adicional, ayudando a superar estas complicaciones. Además, contribuye a la curación de heridas que el cuerpo de un diabético no puede sanar adecuadamente.
- Trastornos del sistema inmunológico: el tratamiento con ozono puede estimular el sistema inmunológico, beneficiando a personas que padecen trastornos en su defensa inmune, como aquellos infectados con el virus del VIH, que puede dar lugar al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) tras debilitar el sistema inmunológico. Esta infección puede tardar varios años en progresar a SIDA, y se puede transmitir por contacto sexual, a través de la sangre, y de madre a hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia. Actualmente no existe una cura total para esta infección, pero se han desarrollado tratamientos que ralentizan su progreso y reducen la mortalidad. El tratamiento con ozono es uno de los enfoques investigados, aunque los resultados varían, lo que requiere más estudios para validar su efectividad.
- Otras condiciones: el tratamiento con ozono se utiliza en una variedad de aplicaciones, incluyendo el tratamiento de trastornos del sistema circulatorio, heridas infectadas, cáncer, enfermedades causadas por infecciones virales, degeneración macular (en inglés: Macular degeneration), entre otros.