Infección Bacteriana en el Sangre
La infección bacteriana en la sangre se define como la propagación de bacterias desde áreas infectadas del cuerpo hacia el torrente sanguíneo, distribuyéndose después por todo el organismo. Esta condición, conocida en inglés como Bacteremia, representa un problema de salud grave que requiere atención médica inmediata, con el objetivo de prevenir complicaciones potencialmente mortales. En condiciones normales, la sangre humana está libre de microorganismos, pero la introducción de bacterias provoca su multiplicación, desencadenando una respuesta del cuerpo que se manifiesta en la producción de sustancias químicas en la sangre, lo que resulta en una reacción inflamatoria y puede llevar a lo que se denomina sepsis (Sepsis) o septicemia. En los Estados Unidos, se estima que más de 1.5 millones de personas sufren de sepsis anualmente, de las cuales alrededor de 250,000 fallecen.
Síntomas de la Infección Bacteriana en la Sangre
Las manifestaciones clínicas de la infección bacteriana en la sangre pueden variar según la edad del paciente y se describen a continuación:
Niños menores de cinco años
Entre los síntomas más destacados se encuentran:
- Fiebre o temperatura corporal anormalmente baja.
- Dificultad para respirar, incluyendo sibilancias, y en el caso de los niños que pueden hablar, dificultad para mantener una conversación más allá de pocas palabras o pausas evidentes en la respiración.
- Incapacidad para orinar o muy escasa producción de orina (mojar el pañal solo cada 12 horas).
- Desinterés por la alimentación.
- Vómitos de color verde, negro o con sangre.
- Aparición de manchas inflamadas en la cabeza y ojos hundidos.
- Falta de interés en cualquier actividad, con bebés que lloran constantemente.
- Dificultades de concentración, confusión, o comportamiento irritable y agitado.
- Rigidez del cuello, evidenciada al intentar mirar hacia arriba o hacia abajo.
- Síntomas agudos que requieren atención médica inmediata:
- Piel pálida o de color azulada, con manchas.
- Dificultad para despertar o un letargo extremo.
- Frialdad corporal inusual.
- Respiración rápida.
- Erupción cutánea que no desaparece al presionarla.
- Convulsiones.
Niños mayores de cinco años y adultos
Los principales síntomas potencialmente observados incluyen:
- Síntomas iniciales: Estos pueden manifestarse en las etapas tempranas de la infección y pueden incluir:
- Fiebre o temperatura corporal baja.
- Escalofríos.
- Aumento en la frecuencia del pulso y respiración rápida.
- Síntomas de meningitis que pueden acompañar a la bacteremia, como fiebre, vómitos y dolor de cabeza.
- Síntomas de shock séptico: Este fenómeno ocurre en casos severos de bacteremia y se caracteriza por una caída significativa de la presión arterial, con síntomas que pueden incluir:
- Mareos, desmayos o pérdida de conciencia.
- Confusión y desorientación.
- Diarrea.
- Náuseas y vómitos.
- Dificultades para hablar.
- Dolor muscular intenso.
- Dificultad severa para respirar.
- Incapacidad para orinar durante 24 horas.
- Frío en el cuerpo, humedad, o piel pálida o moteada.
Causas de la Infección Bacteriana en la Sangre
Como se mencionó anteriormente, la entrada de bacterias en la sangre suele asociarse con una infección previa en alguna parte del cuerpo. Existen varios tipos de infecciones que pueden resultar en bacteremia, siendo las más comunes:
- Infecciones abdominales.
- Infecciones que surgen durante la inserción de catéteres para quimioterapia o diálisis.
- Infecciones consecuencia de extracciones dentales o infecciones bucales.
- Infecciones bacterianas en heridas.
- Infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos.
- Infecciones en los riñones o del tracto urinario.
- Neumonía.
- Infecciones cutáneas.
Factores de Riesgo
Es importante señalar que cualquier persona puede desarrollar una infección bacteriana en la sangre; sin embargo, hay ciertas condiciones que aumentan el riesgo, tales como:
- Debilidades del sistema inmunológico, a menudo resultantes de enfermedades como el SIDA o cáncer.
- Enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades pulmonares o problemas renales.
- Edad avanzada, especialmente mayores de 65 años, así como los niños menores de un año también son más vulnerables.
- Intervenciones quirúrgicas o trasplantes de órganos.
- Exposición a quemaduras severas.
Diagnóstico de la Infección Bacteriana en la Sangre
Los médicos lo diagnosticaran mediante diferentes procedimientos, que pueden incluir:
- Análisis de sangre: Se tomarán muestras de sangre para detectar la presencia de infecciones, problemas en la coagulación, o alteraciones en la función renal o hepática, así como desequilibrios en los electrolitos.
- Pruebas de imagen: En ocasiones, el médico puede solicitar pruebas de imagen para identificar el sitio de la infección, lo que puede incluir radiografías, tomografías computarizadas (CT scan), ecografías o resonancias magnéticas (MRI).
- Otras pruebas: Dependiendo de los síntomas, pueden incluir análisis de orina, muestras de secreciones de heridas o del sistema respiratorio.