Citas sobre la tranquilidad mental
A continuación, algunas reflexiones sobre la tranquilidad mental:
- Si miras más allá de ti mismo, puedes encontrar que la paz mental te espera allí.
- No hay alegría para quien no tiene preocupaciones, ni deleite para el que carece de paciencia, ni felicidad para quien no ha conocido el sufrimiento, y tampoco hay descanso para quien no ha trabajado.
- No hay nada más hermoso que una sonrisa que lucha por aparecer entre las lágrimas.
- Es maravilloso ser alguien que, al ser recordado por otros, provoca una sonrisa.
- Las distracciones del mundo son la fuente del dolor; quien persigue los placeres terrenales inevitablemente se verá envuelto en el arrepentimiento. Así que mantente alejado de sus preocupaciones, pues todo en ella es sufrimiento y agobio.
- No hay paz para el envidioso, ni relación para el desinteresado, ni amor para el de mal carácter.
- Conviértete en quien no busca alabanzas ni teme críticas, ya que así la vida personal será menos agobiante, y los demás encontrarán en ti paz.
- Reevalúa todo lo que se te haya dicho y deshazte de lo que perjudica tu espíritu y tu ser.
- Cuando estoy solo, algunos piensan que es depresión, pero en realidad es un momento de calma lejos de las intrusiones de los demás.
- Sea un ejemplo de propagación de la fe en Dios incluso en silencio… se preguntó cómo, y la respuesta fue: a través de tus buenas acciones.
- El placer no reside en la comodidad ni en el ocio, sino en el esfuerzo y sacrificio que transforman los días difíciles en momentos de paz.
- Juro que es más fácil nacer en humildes circunstancias y vivir con los pobres que vestirse con las mejores ropas y estar triste, o adornarse con joyas mientras se siente desolado.
- Nuestra existencia no es más que sed sin saciedad, hambre sin plenitud, esfuerzo sin descanso, y es como leña que se consume a sí misma; sin fe, es vacío, destrucción, oscuridad y vagar sin rumbo.
- Hay tres verdades que deberías internalizar: no hay salvación de la muerte, no hay descanso en la vida, y no hay seguridad entre los hombres.
- Lo más hermoso que puedes pedirle a Dios es el contentamiento; si logras el contento, la vida será más llevadera.
- El bienestar físico proviene de una alimentación moderada, el bienestar espiritual de una vida libre de errores, la paz del corazón de no preocuparse demasiado, y la tranquilidad de la lengua de hablar poco.
- La verdadera paz y armonía del alma solo se encuentran al entregarse completamente a lo divino y alinear causas con el cielo.
- No habrá descanso para quien busque la comodidad a través de la pereza.
- Hay tres evidencias, incluso si parecen silenciosas: la preocupación indica fragilidad, la bondad refleja un corazón sano, y la indiferencia demuestra una naturaleza defeccionada.
- Deja que las circunstancias sigan su curso y no te acuestes con el corazón cargado; entre un parpadeo y otro, Dios puede cambiar tu situación.
- No encontrarás descanso entre la gente; ve hacia la verdad, que es más apropiada para ti.
- ¿Qué paz mental y remedio para el estrés poseen aquellos que creen en un Dios que cuida de ellos con dominio sobre los cielos y la tierra? Su voluntad se establece entre «sea» y «no sea».
- No apresures las cosas antes de su tiempo; si no son para ti, solo te cansarán y revelarán tus ambiciones, y si son para ti, llegarán con dignidad y en calma.
- En realidad, no hay verdadero placer en este mundo, sino solo descanso de lo doloroso.
- Un hogar acogedor es una de las mayores fuentes de felicidad, inmediatamente después de la buena salud y la paz mental.
- Se dice que se puede discernir la piedad de un hombre a través de tres aspectos: la confianza en lo no alcanzado, la satisfacción con lo que se ha logrado, y la paciencia ante lo que se ha perdido.
- Un día leí que la paz del corazón se encuentra en el trabajo, y que la verdadera felicidad consiste en estar tan ocupado que no te des cuenta de que eres infeliz.
- El trabajo y el descanso son dos caras de la misma moneda; en el trabajo sientes que logras y avanzas, mientras que en el descanso obtienes la calma que contribuye a un rendimiento mayor en tus tareas.
- El alma melancólica encuentra consuelo en la soledad, alejándose de la multitud, como una cierva herida que se oculta hasta sanar o sucumbir.
- La renuncia a las tentaciones mundanas aporta tranquilidad al corazón y al cuerpo, mientras que el apego a ellas engendra ansiedad y tristeza.
- Un sabio fue preguntado: ¿quiénes son los amigos más leales y fieles? Contestó: las buenas acciones. Y al preguntar quiénes son los más perjudiciales, respondió: el alma y los deseos. Al insistir sobre el camino a seguir, respondió: en seguir un recto camino; y sobre eso, en renunciar a la relajación y esforzarse.
- El alma triste encuentra alivio al unirse a otra alma que comparte sus sentimientos, como los extraños que encuentran consuelo entre sí en tierras lejanas. Los corazones aquejados por la tristeza están más unidos que aquellos que son atrayentes por las alegrías; y el amor bañado en lágrimas permanece puro, hermoso y eterno.
- La diferencia entre el que busca fama y el que busca gloria es que el primero mide su valor según lo que dicen de él, mientras que el segundo no se preocupa por la alabanza ajena; él ya conoce su esencia y no se deja llevar por la ignorancia ajena.
- A veces, la alegría se demora y el corazón se siente apretado; sin embargo, el alivio llegará de mil formas y colores, siempre que creamos que Dios ha decretado todo por una razón.
- No te ocupes del pasado ni de lo que el futuro trae antes de tiempo; disfruta del presente como es, porque no hay seguridad en los días que nos esperan.
- A pesar de nuestra necesidad de soledad a menudo, la verdadera felicidad y paz nunca provienen de alejarnos de los demás.
- Quien espera la liberación es recompensado por su espera, porque la espera en la liberación es una buena concepción de Dios; y tener buena concepción de Dios es una acción loable que el ser humano merece. Ten esperanza en lo bueno y no te desanimes por la misericordia de Dios.
- El diseño más hermoso que puede crear un ser humano es construir un puente de esperanza sobre un océano de desesperación y desánimo.