أفضل الأعمال للميت

Las melhores formas de caridad para los difuntos

La liberación de esclavos, la caridad, el perdón y la súplica, así como el Haj, se consideran las mejores acciones que se pueden ofrecer en favor de los fallecidos. Cuanto más permanentes y continuas sean estas formas de caridad, mayor será su valor. Además, la recompensa por estas acciones alcanza al difunto, beneficiándose tanto si procede de sus familiares o amigos como de cualquier persona. Entre las acciones que benefician al difunto se incluye el saldar deudas y cumplir promesas. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) relató que: «Una mujer se acercó al Profeta (la paz sea con él) y le dijo que su madre había hecho una promesa de realizar el Haj, pero falleció antes de cumplirla. Preguntó si podía hacer el Haj en su nombre, a lo que él respondió: ‘Sí, haz el Haj en su nombre. ¿No pagarías si tu madre tuviera una deuda?’. Ella respondió: ‘Sí’. Entonces el Profeta dijo: ‘Cumple con lo que es de Allah, ya que Allah tiene más derecho a que se cumpla’. Además, lo que sus hijos realicen en su nombre, teniendo en cuenta que son fruto de sus acciones, será suscitado por el Hadiz que menciona: ‘Cuando un ser humano muere, sus acciones cesan, excepto por tres cosas: una caridad continua, un conocimiento que se aproveche o un hijo piadoso que rece por él.’

Entre las obras que también involucran al difunto se encuentran proporcionar agua, como la perforación de pozos, la construcción de mezquitas, la difusión del conocimiento, y otras formas de caridad continua. También se incluye la súplica y el perdón por él, según el versículo: «Y aquellos que vienen después de ellos dicen: ‘Nuestro Señor, perdona por nosotros y por nuestros hermanos que nos precedieron en la fe'». Igualmente, el Profeta (la paz sea con él) afirma: «Cuando muere un hombre, sus obras cesan excepto por tres: una caridad continua, un conocimiento que se aproveche o un hijo piadoso que rece por él». La caridad continua se define como aquellas acciones que una persona lleva a cabo y luego establece como un legado en vida, tales como construir mezquitas, plantar árboles, perforar pozos, compartir conocimiento y publicar libros, así como otras formas de donaciones realizadas por otras personas en su nombre, a las que se les transfiere el mérito.

Todo lo relacionado con el conocimiento o las acciones caritativas realizadas por los descendientes genera recompensas que llegan al difunto, al igual que el Haj o la Umrah, independientemente de si son obligatorios o voluntarios, así como todas las formas de caridad, incluyendo la ofrenda, el ayuno, la liberación de esclavos y las obligaciones como promesas y expiaciones. Además, lo que demuestra que las súplicas alcanzan al difunto y le benefician es la práctica del rezo funerario, donde se suplica por él, y la constante súplica del Profeta (la paz sea con él) por las almas de los que están en Al-Baqi cada vez que pasaba por allí.

¿Se recibe la recompensa de las buenas obras por el difunto?

Los eruditos coinciden en que las recompensas por las súplicas, la caridad, el Haj, la Umrah, las ofrendas y la caridad en general llegan a los difuntos, además de las obligaciones de ayuno, ya sea por promesas, por el mes de Ramadán o por expiaciones. Existen diversas opiniones respecto a otras acciones como la oración o el ayuno voluntario, que son consideradas como acciones físicas. Algunos eruditos mantienen que las recompensas de estas acciones también alcanzan al difunto por analogía con las buenas acciones que reciben recompensa, como la caridad, una creencia sostenida por los Hanbalis, la mayoría de los Salaf y algunos Hanafíes. Otros, sin embargo, se limitan a las acciones que son apoyadas por textos que demuestran que sus recompensas y beneficios llegan al difunto, opinión que prevalece entre los Shafíes y los Malikis.

¿Se recibe la recompensa de la lectura del Corán por el difunto?

Existen diversas opiniones entre los juristas sobre si la recompensa de la recitación del Corán llega al difunto. Los Malikis y Shafíes sostienen que esta recompensa no llega al difunto, argumentando analogías con las acciones físicas, las cuales no pueden ser transferidas, respaldados por el dicho del Profeta (la paz sea con él): «Cuando un ser humano muere, sus acciones cesan, excepto por tres: una caridad continua, un conocimiento que se aproveche o un hijo piadoso que rece por él». En contraste, los Hanafíes y Hanbalis, así como el Imam Ibn Qayyim, Ibn Taymiyyah y el Imam Nawawi, sostienen que la recompensa de la lectura del Corán alcanza al difunto, dado que las evidencias demuestran que el difunto se beneficia de otras acciones como el ayuno y el Haj. No existe diferencia entre estas y la recitación del Corán y su beneficio. Sin embargo, alquilar a personas para que reciten el Corán en nombre de los muertos es un acto no permitido.

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