Síntomas prenatales

La Última Etapa del Embarazo

Durante el tercer trimestre del embarazo, las mujeres experimentan una serie de cambios significativos. Una de las dificultades más comunes es encontrar una posición cómoda para dormir. Las futuras mamás deben evitar dormir boca arriba, ya que el peso del bebé puede ejercer presión sobre las venas situadas en la parte inferior de la espalda, lo que ralentiza el flujo sanguíneo del cuerpo inferior hacia el corazón.

Por lo tanto, la mejor posición para dormir durante este período es de lado, preferiblemente hacia la izquierda. Colocar una almohada entre las rodillas o detrás de la espalda puede ayudar a mejorar la comodidad. Es común que las mujeres embarazadas noten la aparición de venas varicosas, que son venas azules y abultadas que pueden resultar dolorosas, así como hemorroides, hinchazón en las piernas, tobillos, pies, manos y rostro, debido a la circulación sanguínea lenta. También pueden experimentar hormigueo y entumecimiento en las piernas, brazos y manos, así como dolor en la espalda, pelvis y caderas, debido a la presión adicional del abdomen sobre la espalda.

Las hormonas del embarazo pueden relajar las articulaciones entre los huesos de la pelvis en preparación para el parto. Las mujeres pueden sufrir dolores abdominales como consecuencia de la expansión de los músculos y ligamentos que sostienen el útero, así como dificultad para respirar debido a la presión del bebé sobre los pulmones. El aumento del tamaño de los senos y la salida de un líquido amarillento conocido como calostro también son comunes, además de un incremento en el flujo vaginal hacia el final del embarazo. Finalmente, es normal que el movimiento del bebé disminuya a medida que se reduce el espacio disponible en el útero.

Síntomas Preparto

Signos Potenciales Antes del Parto

Los síntomas que preceden al parto pueden variar significativamente entre las mujeres, ya que cada experiencia es única. Las señales de que el parto puede estar cerca pueden comenzar hasta tres semanas antes de la fecha prevista y persistir hasta dos semanas después. De hecho, no existe un método infalible para predecir la fecha exacta del parto. Sin embargo, algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • La Bajada

Esto ocurre cuando la cabeza del bebé se posiciona en la pelvis, lo que puede suceder hasta dos semanas antes del inicio del trabajo de parto, aunque algunas mujeres no notan este cambio.

  • Aumento en la Necesidad de Orinar

La bajada de la cabeza del bebé en la pelvis incrementa la presión sobre la vejiga, lo que lleva a una mayor necesidad de orinar. Al mismo tiempo, muchas mujeres sienten que su respiración mejora gracias a la disminución de la presión del bebé sobre el diafragma.

  • Expulsión de una Masa de Moco Espeso

Las glándulas del cuello uterino producen moco espeso para sellar la apertura del cuello uterino durante el embarazo. A medida que se aproxima el momento del parto, la bajada de la cabeza del bebé puede causar la expulsión de este moco a través de la vagina, pudiendo estar manchado de sangre. Es importante señalar que algunas mujeres pueden no notar este paso del moco.

  • Expansión del Cuello Uterino

Los profesionales de la salud pueden detectar la expansión del cuello uterino durante un examen pélvico, que comienza en los días y semanas previos al parto.

  • Desgaste del Cuello Uterino

Este proceso ocurre en las semanas que preceden al inicio del trabajo de parto, facilitando los posteriores cambios de apertura en el cuello uterino.

  • Dolores Lumbar

Algunas mujeres experimentan dolor en la parte baja de la espalda a medida que se acerca el momento del parto, a menudo acompañado de contracciones. Además, algunas sienten que sus articulaciones, especialmente en el área pélvica, se relajan como parte de la preparación para el parto.

  • Ruptura de Membranas y Salida de Líquido Amniótico

Una de cada diez mujeres puede experimentar la ruptura de las membranas que rodean al bebé, resultando en la salida de líquido amniótico (saco amniótico roto). A diferencia de la orina, este líquido no tiene olor.

  • Aumento de Energía

A lo largo del embarazo, las mujeres suelen enfrentarse a un desgaste continuado, pero justo antes del inicio del trabajo de parto, muchas experimentan un repentino aumento de energía. Esto puede llevarlas a hacer listas de tareas por completar, cosas que necesitan limpiar o comprar, y pueden sentir una urgencia por finalizar todas las actividades pendientes.

Señal Definitiva Antes del Parto

Las contracciones uterinas regulares son la señal definitiva de que el parto se acerca. Durante la fase temprana del trabajo de parto, las mujeres sentirán contracciones que son similares a los cólicos menstruales, inicialmente espaciadas a intervalos de 20 a 30 minutos. Gradualmente, el tiempo entre cada contracción se acorta, llegando a intervalos de 10 a 15 minutos o menos. Cuando las contracciones se vuelven frecuentes, ocurriendo cada cinco minutos, es recomendable que la mujer se dirija al hospital.

Es importante destacar que estas contracciones son regulares y siguen un patrón predecible. Su duración aumenta gradualmente y se vuelven más intensas, comenzando como una sensación en la parte baja de la espalda y pueden irradiarse hacia adelante. Cambiar de actividad o posición no altera su frecuencia, y pueden ir acompañadas de la ruptura de las membranas que rodean al bebé, lo que provoca la salida de líquido amniótico.

Etapas del Parto

El proceso de parto puede dividirse en tres etapas principales: la etapa de dilatación del cuello uterino, que se prolonga hasta que el cuello uterino se dilata completamente a 10 cm; la segunda etapa, que inicia cuando el cuello se dilata por completo y termina con el nacimiento del bebé; y la tercera etapa, que abarca la expulsión de la placenta. Es interesante notar que la primera etapa del trabajo de parto es la más prolongada de las tres y comprende tres subfases: la fase temprana del trabajo de parto, donde el cuello uterino se dilata hasta 3 cm y puede durar entre 8 y 12 horas, caracterizándose por contracciones suaves e irregulares cada 5 a 30 minutos, que se incrementan en número y potencia posteriormente.

Durante la segunda fase de la primera etapa, el cuello uterino continúa dilatándose hasta alcanzar los 7 cm y dura de 3 a 5 horas. Las contracciones en esta fase son fuertes y prolongadas, con una duración de entre 45 y 60 segundos y repitiéndose cada 3 a 5 minutos. El inicio de estas contracciones es una indicación clara de que la mujer debe acudir al hospital.

Finalmente, en la fase última, el cuello uterino se dilata hasta los 10 cm, y esta dilatación puede durar hasta un máximo de dos horas. Durante esta fase, las contracciones se vuelven más frecuentes y potentes, a veces superponiéndose. Su duración en este estadio es de entre 60 y 90 segundos, ocurriendo aproximadamente cada dos minutos, lo que convierte esta etapa en la más intensa y breve del proceso de parto.

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