Modales para Visitar la Mezquita

La Pureza

La pureza, especialmente la del menor evento, y la entrada de un musulmán a la mezquita en estado de ablución son prácticas recomendadas y parte de la etiqueta al visitar el lugar sagrado. Esto se respalda con el hadiz que resalta la importancia de la oración en congregación en comparación con la oración individual, así como el mérito de caminar hacia la mezquita. El Profeta Muhammad -la paz y las bendiciones sean con él- mencionó: “Cuando uno de ustedes se abluya de la mejor manera y luego se dirija a la mezquita solo para la oración, cada paso que dé elevará su grado y le será perdonada una falta, hasta que entre en la mezquita”.

Es importante señalar que ingresar a la mezquita sin ablución es permitido, siempre que no haya un evento mayor como la impureza por relaciones sexuales o menstruación, ya que el adorador puede realizar sus abluciones en el lugar designado dentro de la mezquita.

Otro aspecto importante relacionado con la etiqueta de la pureza al ingresar a la mezquita es presentarse bien vestido y con ropa limpia. El Altísimo dijo: “¡Oh hijos de Adán! Tomen sus adornos cuando vengan a cada mezquita”. Asimismo, el cuidado personal es fundamental; se recomienda usar el siwak y evitar alimentos que causen olores desagradables, como el ajo y la cebolla. Es crucial que los musulmanes mantengan una buena higiene personal, especialmente al acudir a la mezquita.

La Oración al Entrar a la Mezquita

El momento de entrar en la mezquita con una oración es una de las prácticas que el musulmán debe observar. El Profeta Muhammad -la paz y las bendiciones sean con él- dijo: “Cuando uno de ustedes entre en la mezquita, que diga: ‘¡Oh Allah! Abre para mí las puertas de tu misericordia’”.

La señora Fátima -que Allah esté complacido con ella- relató que el Profeta -la paz y las bendiciones sean con él- recitaba esta oración al entrar en la mezquita. Mantener esta práctica es una forma de seguir el ejemplo del Mensajero de Allah, obtener recompensas, y solicitar la respuesta de las súplicas, así como el perdón y la misericordia del Altísimo.

Además, se han narrado otros hadices que indican que el Profeta -la paz y las bendiciones sean con él- solía decir al entrar: “Busco refugio en Allah, el Grande, con Su rostro noble y Su soberanía eterna, del diablo maldito”. Este acto, según el Profeta, protege al siervo del demonio durante el transcurso del día, gracias a esta invocación.

El Saludo a la Mezquita

El saludo a la mezquita consiste en rezar dos unidades de oración (rak’ahs) al ingresar a la mezquita para orar o sentarse, siempre que la persona esté en estado de ablución. Esta práctica es válida en todas las mezquitas, excepto La Meca, donde se realiza el tawaf como saludo. Según la mayoría de los juristas, el saludo a la mezquita es una recomendación y no una obligación.

El saludo a la mezquita debe ser la primera acción que lleve a cabo el adorador antes de comenzar la oración obligatoria o la oración voluntaria, o de iniciar cualquier otra actividad, como la lectura del Corán, el recuerdo de Allah o la asistencia a una lección. La evidencia de la recomendación de rezar el saludo a la mezquita se encuentra en la afirmación del Profeta -la paz y las bendiciones sean con él-: “Cuando uno de ustedes entre en la mezquita, no se siente hasta que haya realizado dos rak’ahs”.

La Meditación y Lectura del Corán Mientras Espera la Oración Obligatoria

Se aconseja que el adorador se ocupe en la meditación y lecturas del Corán mientras espera la hora de la oración obligatoria. En términos generales, las mezquitas se han construido para la conmemoración de Allah -el Altísimo-; como dijo el Profeta -la paz y las bendiciones sean con él-: “Las mezquitas se han construido para lo que han sido construidas”.

En otro hadiz se dice: “Se han construido para el recuerdo de Allah, la oración y la lectura del Corán”. Allah también menciona en la sura An-Nur: “En casas que Allah ha permitido que sean elevadas, donde se menciona Su nombre; en ellas lo glorifican por las mañanas y las tardes. Hombres que la compra y la venta no les distraen del recuerdo de Allah, la realización de la oración y el pago del zakat; temen un día en que los corazones y las miradas se conmoverán”.

Las mezquitas son casas de Allah que deben ser protegidas y purificadas de todo lo que no les conviene, como el ruido y los charloteos vacíos que endurecen el corazón y alejan la mente de contemplar la vida eterna y la grandeza de Allah -el Altísimo-, así como conversaciones que generan pecado, como la calumnia y el chisme.

Es fundamental que un musulmán, estando en la casa de Allah, se enfoque en la glorificación, exclamaciones de fe, alabanzas, y cualquier tipo de recitación, así como la lectura del Corán y la ocupación con asuntos de utilidad como el estudio de los hadices, la jurisprudencia y otras ciencias religiosas.

Prohibición de Comprar y Vender Dentro de la Mezquita

El Profeta Muhammad -la paz y las bendiciones sean con él- prohibió las transacciones comerciales y la venta de mercancías dentro de las mezquitas. Las mezquitas son espacios sagrados que no deben ser ocupados por asuntos mundanos como el comercio; por el contrario, deben ser habitadas por la recordación de Allah -el Altísimo- y la oración.

Además, cualquier actividad relacionada con solicitar la recuperación de un objeto perdido también está prohibida, ya que implica preguntar a otros en la mezquita si se ha encontrado algo. Existen numerosos hadices que prohíben estas prácticas, y que explican cómo actuar si se presencia a alguien vendiendo, comprando o buscando algo en la mezquita.

Entre estos hadices, Abu Huraira -que Allah esté complacido con él- relató que el Profeta -la paz y las bendiciones sean con él- dijo: “Si ven a alguien vendiendo o comprando en la mezquita, díganle: ‘Que Allah no te dé éxito en tu comercio’. Y si ven a alguien buscando algo perdido, díganle: ‘Que Allah no te lo devuelva’. Y también dijo: ‘Quien escuche a alguien solicitar algo perdido en la mezquita, que diga: ‘Que Allah no te lo devuelva, pues las mezquitas no han sido construidas para esto’. Esta clase de respuesta busca disuadir y corregir, siguiendo el ejemplo del Profeta -la paz y las bendiciones sean con él-.

La Oración al Salir de la Mezquita

Se recomienda al musulmán que, al salir de la mezquita, recite la oración que ha sido transmitida por el Profeta -la paz y las bendiciones sean con él-. Esta oración es: “¡Oh Allah! Bendice y otorga paz a Muhammad y a la familia de Muhammad. ¡Oh Allah! Te pido de Tu generosidad”. El Profeta -la paz y las bendiciones sean con él- nos indicó esta oración; como lo mencionó Abu Hamid Al-Sa’di -que Allah esté complacido con él-: “Cuando uno de ustedes entre en la mezquita, que diga: ‘¡Oh Allah! Abre para mí las puertas de tu misericordia’. Y cuando salga, que diga: ‘¡Oh Allah! Te pido de Tu generosidad’”.

Los eruditos han explicado hermosamente el motivo de pedir la misericordia al entrar a la mezquita y el favor al salir; ya que al ingresar, el individuo se dedicará a actividades que lo recordarán a Allah -el Altísimo- y lo harán reflexionar sobre la vida después de la muerte, deseando el Paraíso y buscando refugio del fuego. Por lo tanto, es apropiado recordarlo en este momento. En contraste, al salir, se dedicará a buscar medios de subsistencia, lo que hace adecuado mencionar Su generosidad y abundantísima benevolencia.

En resumen, ingresar a las mezquitas en el Islam implica seguir ciertas etiquetas y reglas que deben ser respetadas, como la pureza frente a los eventos impuros, la ablución, el uso de ropa limpia y presentable, mantener una fragancia agradable, recitar oraciones al entrar y salir de la mezquita, y realizar la oración de saludo, además de evitar conversaciones frívolas y actividades comerciales u otros asuntos irrelevantes.

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