Tumba del Rey Tut
La tumba del rey Tutankamón se encuentra entre los descubrimientos más emblemáticos de la arqueología en el antiguo Egipto. Este sitio fue hallado en 1922 por un equipo liderado por Howard Carter y se encontraba repleto de tesoros impresionantes, entre los cuales se destaca la famosa máscara funeraria de Tutankamón, un símbolo icónico de esta civilización.
Piedra Rosetta
Lo que hace que la Piedra Rosetta sea tan notable es la inscripción que presenta, la cual contiene textos en tres idiomas: jeroglífico, demótico y griego. La inscripción es un edicto de los sacerdotes que confirman el derecho al trono de Ptolomeo V, quien en ese momento contaba con solo 13 años. La piedra fue descubierta en 1799 y actualmente se encuentra en el Museo Británico, a pesar de las solicitudes de Egipto para su restitución.
Pápyrus de la Pirámide
Entre los hallazgos presentados por un equipo de investigadores encabezado por Pierre Tallet y Gregory Marouard en 2013, se encontraban unos rollos de papiro que discutían la construcción de la Gran Pirámide de Guiza, la más grande jamás edificada. Los textos mencionaban la roca caliza utilizada para la construcción, que fue transportada desde una cantera en Tura a Guiza a través del Nilo, tomando cuatro días en barco. Además, los documentos hacían referencia a un ministro llamado Ankhaf, quien fue responsable de la edificación de la pirámide.
Pertenencias de la Tumba de Tutankamón
Dentro de la tumba de Tutankamón se encontraron numerosas pertenencias pertenecientes a miembros de su familia, lo que explica las variaciones físicas entre las estatuas. Asimismo, ciertos objetos como cofres, joyas, armas y utensilios estaban inscritos con nombres que confirman que no todos los artículos eran de su propiedad; más bien, representaban un legado familiar.
Sandalias de Oro
Los antiguos egipcios confeccionaban sandalias de oro, las cuales se colocaban en el faraón fallecido antes de envolver sus pies con cintas de lino. Además, el portador de las sandalias ocupaba una posición elevada en la sociedad egipcia, con la responsabilidad adicional de lavar los pies del rey.
El Cuerpo Eternal
Los antiguos egipcios creían que una persona se convertía en deidad tras su muerte, lo que otorgaba un gran valor al cuerpo. Para preservar los restos, empleaban diversas técnicas, incluyendo la colocación de fundas doradas en los dedos de manos y pies para proteger su forma y evitar su deterioro, dado que el oro es un metal que no altera sus propiedades ni se oxida.
Música Mágica
Los antiguos egipcios tenían instrumentos musicales singulares, bajo la creencia de que el potente sonido emitido por estos podía devolver la vida al difunto. Uno de estos instrumentos, conocido como sistra, era un objeto portátil de aproximadamente 50 centímetros de altura, que posiblemente fue utilizado en las ceremonias funerarias de Tutankamón.