Las historias más inspiradoras de los compañeros del Profeta

La Resiliencia de Bilal ibn Rabah

Los líderes de Quraish sometieron a los musulmanes, especialmente a los más vulnerables y esclavos, a una dura persecución cuando anunciaron su conversión al Islam, intentando alejarlos de su fe. Uno de los compañeros que sufrió esta violencia fue Bilal ibn Rabah. A pesar del severo castigo que enfrentó, Bilal nunca cedió ante su opresor, repitiendo ininterrumpidamente «¡Uno! ¡Uno!». Entre las diversas formas de tortura que soportó, se le obligó a llevar una armadura de hierro y fue expuesto a intensas temperaturas, hasta que su resistencia se vio comprometida. Los paganos también instruyeron a los niños para que lo ataran entre las piedras de La Meca. Sin embargo, Bilal permaneció firme y, gracias a la intervención de Abu Bakr Al-Siddiq -que Allah esté complacido con él-, fue finalmente liberado.

El Martirio de Umar ibn Al-Khattab

Umar ibn Al-Khattab -que Allah esté complacido con él- fue asesinado mientras ejercía como califa y líder de los musulmanes, durante la oración del Fajr. Esto ocurrió cuando las filas estaban alineadas para la oración. Al iniciar la oración, un hombre se lanzó rápidamente entre las filas y apuñaló a Umar, causándole una grave herida en su abdomen, el atacante era Abu Lu’lu’a, el mago. Tras el ataque, huyó, apuñalando a todos los que encontraba a su paso, lo que resultó en la muerte de siete hombres adicionales y heridas a otros once. Posteriormente, un hombre le lanzó una prenda a Umar, lo que le permitió sostenerse, mientras Abu Lu’lu’a se quitó la vida. Después de un breve tiempo, Umar -que Allah esté complacido con él- falleció.

El Espíritu de Abu Dharr Al-Ghafari

Durante la expedición a Tabuk, Abu Dharr -que Allah esté complacido con él- formaba parte del ejército, pero su camello se retrasó, alejándolo del grupo, de manera que ya no pudo ver a los musulmanes. Cuando temió que el camello lo separara del Profeta Muhammad -la paz y las bendiciones sean sobre él-, tomó sus pertenencias y se dispuso a buscar al Mensajero de Allah. Un compañero lo avistó y comunicó al Profeta que había un hombre solitario en el camino. El Profeta dijo: «¡Ese debe ser Abu Dharr!». Al acercarse más, los compañeros confirmaron que efectivamente era Abu Dharr. Entonces, el Profeta -la paz y las bendiciones sean sobre él- expresó: «Que Allah tenga misericordia de Abu Dharr, que camina solo, muere solo y será resucitado solo».

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