Ética de la profesión médica en el Islam
La profesión médica es una de las más humanitarias y compasivas. El Imam Al-Shafi’i -que Allah lo tenga en su gloria- la describió como: «la profesión más noble que he conocido después de las ciencias islámicas». El islam permite el ejercicio de la medicina, incentivando a curar enfermedades siempre que los tratamientos no sean prohibidos. El Profeta Muhammad -que la paz y las bendiciones sean con él- dijo: «¡Oh, siervos de Allah, buscad la curación, pues Allah no ha creado enfermedad sin haber también creado su cura o medicamento!».
El acto de curar no estaba reservado exclusivamente para médicos musulmanes. El Profeta -que la paz y las bendiciones sean con él- instó a buscar atención médica incluso de doctores no musulmanes. Por ejemplo, llamó a Al-Harith ibn Kaldah, un médico árabe conocido por su excepcional habilidad, para tratar a Sa’d ibn Abi Waqqas -que Allah esté complacido con él-, a pesar de que Al-Harith no había abrazado el islam en ese momento. El Profeta -que la paz y las bendiciones sean con él- aprobó esta decisión al reconocer la vasta experiencia médica de Al-Harith.
El primer principio fundamental para alcanzar un diagnóstico preciso es que el paciente confíe en su médico, lo que le permitirá expresar su malestar de manera reservada y confidencial, a veces incluso sin haberlo compartido con familiares cercanos o con su pareja.
Ética del médico en el Islam
La posición del médico musulmán que tiene buenas cualidades morales es elevada en el islam, ya que se considera uno de los más cercanos al Profeta -que la paz y las bendiciones sean con él- en la otra vida, si posee virtudes como la amabilidad y la compasión. La ternura y la empatía deben acompañar al médico en su trabajo y tratamiento de los pacientes. Además, cuando el médico se encuentra en presencia de un paciente o difunto, se le alienta a invocar el bien a través de oraciones de curación y protección, ya que el Profeta -que la paz y las bendiciones sean con él- dijo: «Si estáis con un enfermo o un muerto, decid siempre cosas buenas, ya que los ángeles responden a lo que decís».
Los secretos de la profesión médica en el Islam
Es bien sabido que el ejercicio de la medicina implica el manejo de secretos. La honestidad es una de las virtudes más importantes que un médico debe poseer en relación con la confidencialidad. Esta cualidad también se encuentra en médicos no musulmanes, quienes denominan la confidencialidad de los pacientes como «el honor de la profesión». En nuestras prácticas y principios islámicos, la llamamos «amanat», y Allah -exaltado sea- nos ha ordenado respetarla y protegerla.
El médico, en ocasiones, puede acceder a información que otros no conocen; por lo tanto, tiene la obligación de resguardar los secretos adquiridos durante el diagnóstico, el examen físico o una intervención quirúrgica en su paciente.
Sin embargo, el médico puede verse obligado a revelar ciertos secretos por razones clínicas o situaciones como las siguientes:
- Si uno de los cónyuges está afectado por una enfermedad contagiosa, es imperativo informar al no infectado para que tome las precauciones necesarias.
- Si el paciente no es apto para un trabajo específico, como en casos de trastornos mentales o problemas de visión severos, debe informarse a la institución donde trabaja si, por ejemplo, es conductor.
- Si se detecta una enfermedad infecciosa activa.
- Durante el examen médico de futuros esposos, si se descubre que uno de ellos no es compatible con el otro desde el punto de vista de salud, es necesario informarle.
- Si se determina que la muerte de un paciente ha ocurrido debido a un acto criminal.
- Si el paciente ha dado su consentimiento por escrito para la divulgación de su condición médica o si compartir la información es beneficioso para su tratamiento.
- Si se recibe una orden de una autoridad judicial para hacerlo.
El dictamen religioso sobre la revelación de la desnudez ante el médico
La mayoría de los eruditos y juristas coinciden en que es permisible revelar la desnudez de una persona enferma, ya sea hombre o mujer, en situaciones de necesidad urgente. Aseguran que, una especialista en obstetricia puede observar la zona genital de una mujer durante el parto o para diagnosticar enfermedades relacionadas. Asimismo, un médico musulmán puede atender a una paciente no musulmana en caso de que no haya una médico femenina disponible, tocando y observando lo que la urgencia requiera. Los juristas también permiten que una médica observe y toque lo que sea necesario en un paciente, en caso de no contar con un médico que pueda hacerlo, pero enfatizan la necesidad imperiosa de tratamiento ante situaciones de enfermedad y dolor intenso.