Definición de la posesión
El término ‘posesión’ se refiere en el lenguaje a un estado de locura. Se dice que un joven tiene ‘posesión’ cuando se encuentra en un estado de locura. Asimismo, se menciona que una persona está ‘poseída’ si ha sido afectada por un hechizo, locura o algo similar. Se puede decir que una persona ha sido ‘tocada’ por la edad, el sufrimiento o alguna forma de malestar. Los genios son criaturas independientes creadas por Dios -exaltado sea- para Su adoración, tal como se indica en el Corán: (Y no he creado a los genios y a los humanos sino para que Me adoren). Son seres responsables, sujetos a mandatos y prohibiciones, y en ellos se encuentran tanto creyentes como incrédulos, así como justos e injustos. Dios dice sobre ellos: (Y entre nosotros hay justos e injustos, hemos tomado caminos diversos). Aquellos que obedecen a Dios -exaltado sea- se ubicarán en el paraíso en la otra vida, mientras que los que desobedecen a Dios se enfrentarán al infierno. En cuanto a su existencia, los genios tienen vidas independientes como el resto de las criaturas; se casan y se reproducen. En esta vida, suelen congregarse en lugares impuros como letrinas y similares. Por esta razón, el Profeta Muhammad -la paz sea con él- dijo: (Estos lugares son frecuentados por ellos, así que si alguno de ustedes va a entrar, que diga: me refugio en Dios del mal y de los malvados).
Así como Dios creó a los genios y les dio vida, también puede poner fin a su existencia, ya que mueren como todos los demás seres. Es importante señalar que el mundo de los genios pertenece a lo desconocido, lo que significa que solo podemos conocer sobre ellos lo que Dios -exaltado sea- nos ha revelado o lo que ha comunicado a través de Su mensajero -la paz sea con él-. Lo que Dios o Su mensajero nos han enseñado sobre ellos es lo que resulta valioso para nosotros, y lo que se nos oculta no es relevante. En resumen, no debemos hablar de ellos excepto en los términos establecidos por las escrituras sagradas; el creyente no debe agobiarse indagando en misterios que solo pueden ser conocidos a través de la revelación.
Síntomas de la posesión
No hay evidencia en el Corán que confirme que los genios puedan afectar a los humanos o que causen síntomas específicos. Por lo tanto, es fundamental que el musulmán confíe en la capacidad y poder de Dios -exaltado sea-, que son incomparables. Debe tener una buena opinión de Dios y confiar en Él de verdad, sabiendo que si toda la humanidad se uniera para causarle daño de algún modo que no haya sido decretado por Dios, no lo lograrían. Las experiencias de enfermedad, angustia o cualquier tipo de mal solo ocurren por el decreto y predestinación de Dios -exaltado sea-. Cada individuo no debe atribuir cada molestia, contratiempo o dolencia al mal de ojos, hechicería o al engaño del genio. La confusión entre estos conceptos ha aumentado considerablemente en nuestros días, llevando a muchas personas a sufrir por creencias erróneas. Tal vez lo que está experimentando sea una enfermedad legítima que requiera la intervención y tratamiento de médicos. Dios -glorificado sea- nos ha ordenado siempre que busquemos las causas, entre las que se incluyen el uso de medicamentos y tratamientos, y no ha enviado una enfermedad sin que haya un remedio para ella. Esto no minimiza la importancia de que el musulmán mantenga sus invocaciones diarias y recite las suras adecuadas antes de cualquier tipo de tratamiento, ya que estos actos contienen bendición y beneficio en cualquier caso.
Los métodos del diablo para desviar al ser humano
El diablo no se presenta directamente al ser humano para prohibirle el bien o incitarle a la prohibición, ya que de ser así, nadie le seguiría. Más bien, utiliza diversos métodos y técnicas para lograrlo, entre ellos:
- La gradualidad en el engaño: El diablo nunca se rinde y va induciendo al ser humano a desviarse poco a poco, hasta que, tras ceder a sus instigaciones, este cae en pecados mayores y terribles, alejándose de su verdadera fe.
- El olvido del mandato de Dios: Así fue como el diablo susurró a Adán -la paz sea con él- hasta que le hizo olvidar lo que Dios le había ordenado. Dios -exaltado sea- ha ordenado a los musulmanes evitar las reuniones donde se ridiculizan los versículos de Dios, y puede que el diablo haga que el ser humano olvide eso, llevando a la persona a compartir con ellos. Dios dice: (Y cuando veas a quienes discuten sobre Nuestros signos, aléjate de ellos hasta que pasen a otra conversación, y si el diablo te olvida, no te sientes después de recordar con el pueblo opresor).
- Entrar en el corazón por la puerta del deseo: El diablo se aproxima al ser humano y susurra sus deseos y pasiones, pretendiendo ser su consejero, lo que hace que la persona se sienta complacida y le preste atención a su consejo.
- Instilar dudas: El diablo siembra dudas y sospechas en la mente de los creyentes y trata de socavar su fe en Dios, hasta los Compañeros del Profeta -la paz sea con él- no estaban a salvo de ello, ya que acudían a él quejándose de sus dudas.
- Fomentar cuatro aspectos: El diablo incita a las personas hacia cuatro acciones que inevitablemente conducen a la desviación, las cuales se mencionan en el Corán: el vino, el azar, los ídolos y los dados. El vino altera la mente y el individuo puede actuar sin pensar, llegando incluso a cometer pecados graves, como matar a alguien sin justificación, mientras que el azar genera rencores entre las personas y desperdicia su tiempo y dinero en lo indebido. En el caso de los dados, estos desestabilizan la fe del musulmán, ya que se utilizaban para buscar augurios. Si alguien quería viajar, observaba a las aves, si se dirigían hacia la derecha, el viaje era considerado bueno, mientras que si volaban hacia la izquierda, era visto como un mal presagio.
Esto es, en verdad, una gran desviación, pues ni las aves ni los dados tienen conocimiento del futuro o del bien, ya que el conocimiento de lo que vendrá solo pertenece a Dios -exaltado sea-. El musulmán debe implorar a Dios y buscar Su guía en sus asuntos. En cuanto a los ídolos, son todo lo que se adora y se coloca al mismo nivel que Dios, como las tumbas, estatuas y otros íconos venerados. Muchas personas se dirigen a estos íconos, les rinden homenaje, les ofrecen obsequios y sacrificios, celebran festividades en su honor, e incluso les invocan en momentos de necesidad, todo lo cual está prohibido por Dios -exaltado sea-.
Invocaciones y súplicas para la protección del ser humano
Es fundamental que el musulmán se proteja siempre con invocaciones y súplicas, acercándose a Dios -exaltado sea- y confiando en Él en todas las situaciones. Todo esto le brinda protección contra todo tipo de daño, con la ayuda de Dios. Algunas de estas recomendaciones y súplicas son:
- Recitar la Surah Al-Fatiha.
- Mantener la lectura del Ayat Al-Kursi.
- Leer la Surah Al-Kafirun.
- Recitar la Surah Al-Ikhlas y las dos Surahs de refugio, repitiéndolas.
- Confiar en Dios definitivamente y acudir a Él con sinceridad y ruegos.
- Realizar la ruqyah/recitación protectora.
- Aumentar las súplicas.
- Recitar las súplicas recomendadas como: (Quita el mal, Señor de los hombres, y sana Tú que eres el Creador de la cura, no hay sanación sino Tu sanación, una sanación que no deja enfermedad), y la siguiente revelación: (Dijimos: No temas, pues eres el más alto; y arroja lo que llevas en tu mano, absorberá lo que han hecho, porque lo que han hecho es solo un engaño de un mago y el mago no prosperará donde quiera que esté).