El más bello elogio a la mujer

Los Más Bellos Halagos a la Mujer

Entre las expresiones más hermosas dedicadas a la belleza femenina, se encuentran las siguientes:

  • Al intentar describir tu belleza, mi dama, mis palabras se estancan y se pierden en el océano de tus ojos cautivadores y en la singularidad de tu sonrisa.
  • En mis ojos, eres la luz; en mi corazón, siempre te amaré, y para mis penas, eres el remedio. Nunca podré olvidarte a lo largo de mi vida.
  • Los días transcurren y anhelo tu voz; el tiempo avanza y deseo una mirada de tus ojos encantadores; mi vida pasa mientras te amo.
  • El amor es a la vez el más dulce y el más amargo de los sentimientos.
  • Una lágrima cae, una vela se apaga; la vida sin ti se desvanece, y mi corazón se extingue en ausencia de tu amor.
  • Basta con que un corazón te ame para que vivas, si te ama un millón, yo soy uno de ellos; si te ama uno, soy yo; si nadie te ama, entonces sé que estoy muerto.
  • Mi amada, cuando duermo, sueño que te veo en la realidad, y al despertar, deseo verte de nuevo en mis sueños.
  • Ojalá tuviera dos corazones para amarte dos veces, porque mi amor por ti no será suficiente, oh tú, la más valiosa de mis posesiones.
  • Te amo mientras ríes, te amo cuando estás enojada, te amo en vigilia y en sueños; en todas las circunstancias, mi amor por ti es eterno.
  • Sin importar los años que pasen, y el tiempo que haya transcurrido, siempre serás mi amada, la más bella entre todas las mujeres.
  • Te amo más allá del amor dos veces, oh señora que ocupas el trono de las mujeres.
  • Qué hermosa eres, mi amada, y qué hermosa es la vida a tu lado; tú eres mi mundo, y mi vida se resume en estar a tu lado.

Las Más Bellas Frases de Halago y Añoranza hacia la Mujer

Una mujer merece solo las palabras más suaves y dulces, entre las cuales destacan las siguientes:

  • Si lograste escapar de los vientos de la memoria y de las cuchillas de la añoranza, estás a salvo.
  • Mi deseo y celos hacia ti, oh señora entre todas, son solo un reflejo de mi amor sincero y los rituales de mi cariño.
  • Combato la añoranza por ti, aunque es más fuerte; pido tu cercanía mientras la estrella brilla más cerca. Mi vida y muerte dependen de ti, así muero y vivo cuando te agradas o te enojas.
  • La añoranza me acerca a ti, mi amada; ojalá las distancias se convirtieran en fuego que queme nuestro deseo de unión.
  • En la era del amor entre los amantes, mi querida, el amor es un camino, el amante es el sendero, la belleza es una costumbre, la sinceridad es una ley, y la añoranza, una fe.
  • Así, mi amada, el tiempo, el espacio y el deseo nos unieron; sin embargo, el tiempo y el espacio son variables, mientras que la añoranza solo genera tristeza.
  • En tu ausencia, el deseo me parte en dos: una parte espera tu llegada, y la otra se sienta a medio camino entre el recuerdo y la pérdida.
  • El dolor es sordo, la nostalgia es muda, el deseo no se ve; y lo que más sentimos es difícil de apreciar.
  • Hasta que llegue nuestro encuentro, el deseo permanecerá sin fin.
  • Nunca cesarán mis mensajes de añoranza hacia ti, oh la más hermosa de las mujeres, hasta que mi vida se agote o te vuelva a encontrar.
  • Tu ausencia no es tu culpa, mi amada; mi excesivo deseo por ti es mi propia falta.
  • Ojalá algún día desearas verme, aunque sea por unos segundos; ojalá tu añoranza sintiera la misma intensidad que mis sueños.
  • Es doloroso fingir lejanía, mientras mi corazón por ti está a punto de estallar de tanto deseo.

Las Más Bellas Palabras de Halago a la Mujer por las Mañanas

Entre las más bellas palabras de halago a la mujer por la mañana, se encuentran las siguientes:

  • ¿Es siempre hermosa la mañana o eres tú quien embellece cada mañana?
  • Un amanecer que lleva en su cielo mil deseos, un amanecer en el que le pido a Dios que te proteja de todo mal, y le imploro lo mejor en cada camino que tomes, oh tú, la más valiosa de mi ser. Te deseo un buen día.
  • Feliz por mi corazón que soñó anhelante por ti y se despertó con el suave susurro de tu voz deseándole buenos días.
  • Buenos días a tu corazón que tanto extraño, buenos días a ti que estás lejos, separada de mí por mil millas de ausencia y silencio; buenos días, mi amada.
  • Anhelo las mañanas pasadas que compartimos, llenas de tu voz.

Poemas de Halago a la Mujer

El poeta Nizar Qabbani recita en su poema:

Declaro que no hay mujer

Que haya dominado el arte como tú

Ni haya soportado mis locuras

Durante diez años como tú,

Y que haya tenido la paciencia ante mi locura,

Ni haya cortado mis uñas,

Ni arreglado mis cuadernos,

Ni haya ingresado en mi vida como en un jardín de infantes,

Sola tú …

Declaro que no hay mujer

Que se me asemeje como un retrato

En pensamiento y conducta como tú,

En cordura y locura como tú,

En hastío veloz

Y apego rápido

Solo tú …

Declaro que no hay mujer

Que haya recibido de mi atención

La mitad de lo que recibiste tú,

Y que me haya colonizado como lo hiciste tú,

Y liberado como lo hiciste tú,

Declaro que no hay mujer

Que haya tratado conmigo como un niño de dos meses

Excepto tú …

Y que me haya ofrecido leche de paloma

Y flores y juguetes

Excepto tú …

Declaro que no hay mujer

Que haya sido tan generosa conmigo, como el mar,

Elegante como la poesía,

Y me haya mimado como lo hiciste tú,

Declaro que no hay mujer

Que haya hecho que mi niñez

Se extienda hasta los cincuenta … excepto tú,

Declaro que no hay mujer

Que pueda decir que son todas las mujeres … exceptuando a ti,

Declaro que no hay mujer

Cuya elegancia brinde luz a los árboles cuando camina,\n

Excepto tú …

Declaro que no hay mujer

Que haya resumido en dos palabras la historia de la feminidad

Y provocara mi virilidad,

Excepto tú …

Declaro que no hay mujer

Que haya cambiado las leyes del mundo, exceptuando a ti,

Declaro que no hay mujer

Que me arrastre en momentos de amor como un terremoto,

Y me queme … me ahogue,

Me encienda … me apague,

Me rompa en dos como la luna creciente,

Declaro que no hay mujer

Que ocupe mi ser durante un tiempo prolongado

Y sea mi felicidad,

Que me siembre

Rosas damascenas

Y menta

Y naranjas.

Oh mujer,

Deja mis interrogantes bajo tu cabello

Y nunca contestaste a una sola pregunta.

Oh mujer, que eres todas las lenguas,

Pero tocas con el alma, no se manifiesta.

Oh tú de ojos marinos,

Y manos de cera,

Y presencia maravillosa;

Oh tú, blanca como la plata,

Y suave como el cristal.

Declaro que no hay mujer

Que en tu cintura se agrupe la historia;

Y mil y mil planetas giran.

Declaro que no hay mujer … más que tú, mi amada,

En cuyos brazos crecieron todos los varones,

Y el último de los hombres.

Oh tú, astuta y transparente,

Justa y hermosa.

Declaro que no hay mujer

Que se haya liberado del destino de las cuevas, excepto tú,

Y haya roto los ídolos,

Y disipado las ilusiones,

Y derrocado el poder de los habitantes de las cuevas, exceptuando a ti.

Declaro que no hay mujer

Que haya enfrentado con su pecho los puñales de la tribu,

Y haya considerado mi amor por ella

Como la esencia de la virtud.

Declaro que no hay mujer

Que ocurriera tal como la aguardé,

Y cuyo cabello fuera más largo de lo que deseaba o soñaba.

Declaro que no hay mujer

Que salga de las nubes de humo … si ha fumado,

Y vuele como una paloma blanca en mi mente … cuando pienso.

Oh mujer …

De la que he escrito libros enteros,

Pero ella, a pesar de toda mi poesía,

Siempre ha sido … más hermosa que todo lo que he escrito.

Declaro que no hay mujer

Que haya amado conmigo con la mayor civilidad,

Y me haya sacado de las sombras del tercer mundo,

Excepto tú.

Declaro que no hay mujer

Más que tú …

Más que tú …

Más que tú …

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