Síntomas del estreñimiento
El estreñimiento se acompaña de una variedad de signos y síntomas, entre los cuales se destacan los siguientes:
- Disminución en la frecuencia de los movimientos intestinales, registrando menos de tres evacuaciones por semana.
- Cambio en la consistencia de las heces, que pueden volverse secas, duras o fragmentadas.
- Sentir dificultad o dolor al evacuar.
- Impresión de evacuación incompleta tras el proceso de defecación.
Complicaciones del estreñimiento
La presencia de estreñimiento puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertas complicaciones. A continuación, se describen algunas de las más relevantes:
Hemorroides
Las hemorroides se caracterizan por la inflamación de las venas en la parte inferior del recto y el ano. En ciertas situaciones, las paredes de estas venas pueden dilatarse, volviéndose más delgadas, lo que provoca su inflamación e irritación. El esfuerzo realizado durante la defecación en casos de estreñimiento es una de las principales causas de aparición de hemorroides.
Fisura anal
La fisura anal se refiere al desarrollo de un desgarro o úlcera abierta en la mucosa del intestino grueso cerca del ano. Los síntomas de esta condición incluyen un dolor agudo al evacuar, seguido de una sensación de ardor que puede persistir durante varias horas, así como sangrado durante la defecación. La aparición de fisuras anales en situaciones de estreñimiento se atribuye a las pequeñas grietas que generan las heces duras o de gran tamaño en la zona anal.
Impactación fecal
La impactación fecal se define como la persistencia del estreñimiento durante un periodo prolongado, lo que impide que las heces duras sean evacuadas de manera natural, provocando su acumulación en el intestino.
Prolapso rectal
El prolapso rectal se describe como el descenso del recto de su posición normal dentro de la cavidad pélvica, saliendo a través del ano. En casos leves, es posible manejar esta condición y devolver el recto a su lugar a través de ciertas medidas. El prolapso rectal en situaciones de estreñimiento se debe al esfuerzo durante la defecación, que provoca una protrusión del tejido rectal a través del ano.