Yo como tú, oh luna del valle
Yo como tú, oh luna del valle
Llamé a Leila, clama en la oscuridad
Y envía el susurro en versos tan claros
O repite desde detrás de la fronda mi canto
No reprimas el anhelo, pues dos heridas nacen del dolor
Y la melancolía, pues las lágrimas fluyen de un lecho
Recuerda si nos encontramos en la sed
Y cómo resonó el eco con el suave murmullo
Y tú en la asamblea de los alhelíes perdías la calma
No te alejaste de las reuniones sino para unirte
Recuerda ese beso en tu confuso cabello
Que lo extravió la boca y se perdió en tu radiante parte
Y también un beso sobre una mejilla delicada y fragante
Más hermoso que una rosa bajo el rocío que avanza
Recuerda el paisaje del valle y nuestra reunión
junto al arroyo como dos pájaros en el valle
y la rama nos abrazaba con ternura y anhelo
y el agua a nuestros pies daba un aire fresco
Recuerda las bendiciones aquí y allá
de la dulce melodía en la arboleda o de la canción del cantautor
Recuerda la cita que el tiempo nos brindó
¿Acaso volé de emoción o corrí hasta mi encuentro?
Logré lo que logré de deseos y esperanzas
Y me fui sin contar mis alegrías y celebraciones.
Débil sin movimiento
Débil, y sin movimiento
pero se anima al verte
y se inclina por el deleite si
tú inclinas, oh rama de la caña
La belleza te cubrió con
las hojas del encanto que te cubren
Y has crecido en mi interior
y el corazón, de su sangre, te sacia
Dulces promesas, ¿cuándo cumplirás?
¿Te veré cumplirlas, o quizás
De cada palabra que dijiste, si me lo permites
besé tu boca a cambio
Tomé la dulzura de tus labios
Como la angustia de tu mirada
Decirlo es un error que el amor comete
pues sólo tus ojos recolectaron
El anhelo que ha caído al mirarte,
y te convirtió en el destino de quien te ve.
Pregunten por las copas del vino, ¿tocaron sus labios?
Pregunten por las copas del vino, ¿tocaron sus labios?
Y consulten la bebida, ¿tocó sus dientes?
Permaneció en el jardín y me dio de beber con pureza
No de la salvilla ni de la rosa su frescura
No es un inconveniente que si mi copa la llenaras
Aunque me ofrecieras el elixir de su fragor
Esbelta como el mirto, el viento se enrolla a su alrededor
y se agrupa bajo el adorno de sus cinturas
Su conversación es encantadora, aunque es música
se deslizó por la boca de David cuando él la cantaba
La paloma del bosque, quien la canta con pesar
y quiénes, tras la oscuridad, susurran con deseo
Le lanzaron bucles a la noche y le arrojaron
sus manos tiernas, y sus ojos perdidos en él
El deseo la llevó a sus seres queridos, y evocó
llantos, a veces gritando su queja
Oh vecina del bosque, los días del amor se han ido
como un sueño, acompáñame en el lamento de los días pasados.
En mis flores, de aquellos del amor
En mis flores de la caña, de los
del amor se reúnen las características
como dos amantes que se encuentran
pero en los asientos de la planta
comparten compañía, encontrando el amor en todas partes
Este hacia este se inclina,
y por ello, hacia este se vuelve
pero en la alborada de la vida
y en la luz del día, es su muerte
Prometieron que vivirían, y no
¡Esperaban un deseo que se fue!
¿Quién me ofrece un mercado donde se ofrezca?
donde se diga ‘toma’ o ‘da’?
Vendo una vida por sus penas
y un instante por las cosas placenteras.
Tu amor me ha despojado de mi descanso
Tu amor me ha despojado de mi descanso
y mi llanto es por ti, tu dulzura
mi confusión del corazón me atormenta
despierta Nightingale el parpadeo
no quedó una letra, salvo un pequeño suspiro
que te queda con tus ojos y te despoja
Se apoda la belleza en su fuerza
y hace a la estrella moverse y le agota
y establece la noche y lo resigna
y un lamento en el verde repite
cuánta anhelo hay en tu sombra
y nunca olvidó ese dulce lazo
y no importa la pena de mi corazón
con cada mirada tuya que indica mi destino.
El amor aparece sin pedir permiso
El amor aparece sin pedir permiso y se extraña
Y yo te veo en el momento de tus encantos
Haz lo que quieras, pues la belleza no es un rey
para que sea escuchada en su mandato
Puedes asustarte ante los rumores del amor
y es mi deber amar al ciervo asustado
Dijeron que el ciervo escuchó a quien le informó
Y yo digo que el ciervo no ha escuchado ni tomado en cuenta
Yo soy quien te ama, en tus impulsos me acompaña
y es quien ama tus caminatas a su propio deseo
He presentado frente a mis días de amor
y las he presentado como un anhelo desperdiciado
Y he sido sincero en mi amor, por lo que no me importa
concederte el mundo o retenerlo para mí
Oh tú que viniste desde tu pérdida hacia el amor
desafiando a mi deseo con tu belleza.
Endereza el lazo de tu corazón y descansa en él
Endereza el lazo de tu corazón y descansa en él
Desde la ribera de la arena y su camino
Y de la danza de las jóvenes sobre su ladera
ringueando los contornos de las colinas
Las gacelas quebrantadas se enfrentan a aquel
que ha encantado a los más sensatos
Las blancas perlas de la belleza se encuentran
en un destello desde la suavidad de su esencia
Los txas de la menta al acecho
como las flores de rosa sobre el tallo
Pesadas en la tierra del anochecer
y más en belleza que sobre las estrellas
Caminarán como bandadas con tranquilidad
el andar de la voladora segura entre sus redes
Sin sueño alguno levantará la mirada, en sus ramas
un párpado recibió la belleza de Bábil
Los misterios encantadores la pierden sobre su linde
Oh, gacela del desierto, te he protegido del amor
Y si tus ojos han escuchado los rumores
no derramaste lágrimas nunca, y si acaso
te has pasado en el llanto y su torrente
Este parece un despido de amor al extraño
al que lanzaron al viento sin protección
el cazador de la cuerda que acabó con el amor
en la piel del amor no hay refugio de su deseo
un joven, y a mi lado amanece
una chispa de deseo en cada uno de sus lados
y un canto en todos sus aullidos
¿cuántas veces diciendo que se detenga él
y yo estoy hablando llorando su tormento?
No se mueve el viento de su lugar
y las víboras del deseo no se alzan
he soportado en el amor lo que jamás se había mantenido
para llevarlo al corazón.
Levántate y saluda a estas luces
Levántate y saluda a estas luces
saluda a las bellas benditas
Y baja tu frente como señal de respeto
para las hermosas que van cubiertas
el encanto y el santuario de las plegarias
este es el lugar de las madres
¿Acaso puedes valorar las madres?
No hables en vano y no digas
más que palabras firmes y profundas
y si hablas no te conviertas en
un discurso que desmerece la integridad de la niña
recuerda la importancia del ayer
oh hermana, del sufrimiento humano.
No has encontrado más que miseria
ante la mirada de los orientales.
Toma el libro y cite las palabras
y la historia de los antiguos en los caminos
y regresa a la fuerza de la pasado
y sigue lo que enseñaron los hombres del pasado.
Este es el Mensajero de Dios; no
restó los derechos de las creyentes,
pues el conocimiento es un mandato
para sus mujeres sabias.
Que sean comerciantes y viajantes
en los asuntos de la vida.
Y ciertamente, han elevado su descendencia
en temáticas del conocimiento exquisito.
La que fue, llenaba el mundo
y se burlaba de los narradores.
Ellas contaron historias
y explicaron los versos claros del libro.