Santa Sofía
Santa Sofía, que en griego significa «sabiduría sagrada», es una impresionante y monumental obra arquitectónica de origen bizantino ubicada en la parte europea de Estambul, específicamente en la zona de Sultanahmet. Cabe destacar que el célebre viajero Ibn Battuta la visitó y la describió como «una de las más grandes iglesias de los romanos, rodeada por una muralla que la hace parecer una ciudad, con trece puertas y un atrio de aproximadamente un milla, con una gran puerta por la que nadie está prohibido de entrar… Este atrio es casi plano y está adornado con mármol, y una acequia que fluye desde la iglesia, flanqueada por dos altos muros de mármol exquisitamente tallado, con árboles bien ordenados a lo largo de la acequia».
Arquitectura de Santa Sofía
Santa Sofía representa la cima del arte arquitectónico bizantino, habiendo sido construida con la colaboración de alrededor de 10,000 trabajadores y bajo la supervisión de dos ingenieros de origen asiático, Isidoro y Antemio. Su planta tiene una forma rectangular que mide aproximadamente 70 metros de ancho y 80 metros de largo. El centro del edificio presenta una sección cuadrada donde cada lado mide unos 33 metros. En la parte superior se ubica una imponente cúpula que se eleva a 54 metros de altura, rodeada de 40 ventanas en su base. Además, hay dos cúpulas más pequeñas que descansan sobre grandes arcos laterales. Es importante mencionar que tanto el edificio como la cúpula están adornados con mármoles de varios colores, mientras que los pisos están cubiertos con mosaicos de colores que presentan diseños geométricos atractivos.
Historia de Santa Sofía
La iglesia de Santa Sofía fue construida en el año 537 d.C. por orden del emperador bizantino Justiniano I, como un monumento central para el estado cristiano bizantino y un asombroso hito para la capital (Constantinopla). En ese momento, representó una singular obra arquitectónica religiosa, simbolizando el poder del Imperio Romano de Oriente. Es relevante mencionar que esta estructura funcionó como iglesia hasta 1453, año en que el famoso líder otomano Mahoma el Conquistador tomó la ciudad y transformó Santa Sofía en una mezquita, elogiando así la hegemonía y la fuerza del Imperio Otomano. La práctica de las actividades religiosas islámicas, como la oración, continuó hasta 1923, cuando la caída del Imperio Otomano llevó a Mustafa Kemal Atatürk a asumir el poder y formar una república secular. En 1935, se decidió convertir la mezquita de Santa Sofía en un museo que alberga numerosas obras de arte islámico y cristiano.