El aceite de ricino
El aceite de ricino ofrece múltiples beneficios para la piel, que incluyen la prevención de arrugas, la lucha contra el acné, la reducción de la hinchazón, la hidratación, el alivio de las quemaduras solares y la protección contra la sequedad de los labios. Además, promueve la salud general de la piel. Se puede aplicar en el rostro antes de dormir, combinándolo con un aceite portador debido a su consistencia espesa. Ejemplos de aceites portadores son el aceite de coco, el aceite de almendra y el aceite de oliva. La mezcla debe aplicarse sobre la piel limpia y dejarse actuar durante toda la noche. También se puede incorporar a la manteca de karité para potenciar sus propiedades hidratantes.
El aceite de limón
El aceite de limón es conocido por su eficacia en reducir los signos del envejecimiento, siendo las arrugas las más notorias. Además, se encuentra en una variedad de productos para el cuidado de la piel. Estudios han demostrado que este aceite tiene la capacidad de reparar el daño causado por la exposición solar, que a menudo resulta en arrugas, al disminuir el daño oxidativo. Se recomienda utilizar el aceite de limón y otros aceites cítricos, como el de pomelo, antes de dormir, ya que pueden aumentar la sensibilidad de la piel a la luz solar.
El aceite de coco
El aceite de coco es reconocido por sus numerosos beneficios para la piel gracias a su contenido en vitaminas, como la vitamina K y la vitamina E, así como por sus propiedades antibacterianas y antifúngicas. Este aceite se absorbe fácilmente en la piel, y estudios han indicado que el aceite de coco es más efectivo que el aceite de oliva como aceite portador para la hidratación de la piel. Sin embargo, se aconseja evitar su uso en personas con piel grasa o con tendencia al acné.
El aceite de girasol
El aceite de girasol es ampliamente utilizado y se caracteriza por su fácil absorción en la piel, además de tener un alto contenido de vitamina E, lo que lo convierte en un excelente humectante natural. Investigaciones han demostrado que el aceite de girasol no agrava la dermatitis atópica (una forma de eccema) en comparación con el aceite de oliva, proporcionando así una buena protección para la piel.