Los microtúbulos
Los microtúbulos (en inglés: Microtubules) son estructuras cilíndricas huecas que desempeñan un papel esencial en el soporte y la conformación de la célula, además de servir como vías para el movimiento de los orgánulos. Estos se encuentran en todas las células eucariotas y varían en longitud, con un diámetro aproximado de 25 nanómetros. Están compuestos por subunidades llamadas tubulina y son más robustos que los filamentos delgados. Los microtúbulos son cruciales para el transporte de los cromosomas recién formados hacia las células hijas durante la mitosis. Además, forman haces que constituyen los cilios y flagelos en células unicelulares, así como en algunas células de organismos multicelulares.
Los filamentos delgados o actina
Los filamentos delgados (en inglés: Microfilaments) son estructuras delgadas, firmes y dinámicas, especialmente activas en la contracción muscular. Se distribuyen predominantemente en las células musculares y, al igual que los microtúbulos, están presentes en todas las células eucariotas. Estos filamentos están compuestos principalmente de la proteína actina y juegan un papel fundamental en el movimiento de los orgánulos. En el interior de la célula, los filamentos de actina se organizan en una red o en haces de fibras paralelas.
Los filamentos delgados son las componentes más finas del citoesqueleto, con un diámetro que oscila entre 5 y 9 nanómetros. Sus funciones incluyen el soporte estructural de la célula y la participación en su movimiento. Algunas células crecen filamentos delgados en la dirección que desean desplazarse, lo que permite que estos empujen la membrana celular hacia adelante, facilitando así la exploración del entorno o el desplazamiento hacia una señal específica. Además, los filamentos delgados son vitales en la contracción muscular, actuando como caminos para la proteína miosina.
Los filamentos intermedios
Los filamentos intermedios (en inglés: Intermediate Filaments) están presentes en diversas células y ofrecen soporte a los filamentos delgados y a los microtúbulos al mantenerlos en su lugar. Estos filamentos comprenden la queratina que se encuentra en las células epiteliales y en las fibras neuronales de las células nerviosas. Su diámetro es de aproximadamente 10 nanómetros, lo que los hace más gruesos y resistentes que los filamentos delgados. Existen varios tipos de filamentos intermedios, cada uno compuesto por diferentes proteínas, y algunas partes del cuerpo, como el cabello y las uñas, están formadas completamente por ellos, siendo su componente principal la queratina.
A diferencia de los filamentos de actina y de los microtúbulos, los filamentos intermedios son estructuras altamente estables que constituyen el verdadero armazón de la célula. Son responsables de anclar el núcleo y mantener su posición dentro de la célula, proporcionando flexibilidad y resistencia a la presión. Otra función importante de los filamentos intermedios es la conexión de los tejidos; dentro del cuerpo, existen múltiples tipos de tejidos, como el epitelial, que recubre los órganos y rodea los músculos, y que requieren una unión estrecha entre ellos.