Estudio antes de dormir
Una investigación realizada por la Universidad de Exeter, publicada en el diario Daily Mail, ha demostrado que repasar o estudiar antes de dormir ayuda a los estudiantes a recordar la información que han aprendido de manera más efectiva. Además, el sueño y el descanso posteriores al estudio fortalecen la capacidad de los estudiantes para recuperar información olvidada, ya que dormir facilita el acceso a la memoria y la recuperación de datos olvidados de manera más rápida.
El estudio se llevó a cabo con un grupo de estudiantes voluntarios, a quienes se pidió que algunos recordaran la información que habían estudiado justo antes de dormir, mientras que a otros se les solicitó recordar la información que habían estudiado 12 horas antes sin dormir durante ese tiempo. Los resultados mostraron que los estudiantes que estudiaron antes de dormir lograron recordar la información de manera más rápida y en mayor cantidad que los de otros grupos. Además, la investigación enfatiza la importancia de que los estudiantes descansen adecuadamente después del estudio para poder recordar lo aprendido durante los exámenes.
Estudio por la mañana
De acuerdo con la naturaleza humana, la capacidad de concentración y energía alcanza su punto máximo entre las 8 de la mañana y las 3 de la tarde, que es el horario habitual de trabajo y estudio. Después de este intervalo, las personas tienden a experimentar una disminución gradual en su nivel de energía. Por esta razón, se recomienda comenzar el estudio por las mañanas durante los días libres, y después de regresar de la escuela en los días laborales, tras un descanso adecuado, antes de que el cuerpo pierda la energía necesaria para el estudio. Los estudiantes pueden maximizar su eficiencia aprovechando el tiempo en el trayecto a casa utilizando medios de transporte que les ahorren tiempo y energía, dejando las actividades recreativas para después de completar su estudio.
Estudio después de una comida ligera
Es evidente que el cuerpo humano requiere calorías para obtener la energía necesaria para estudiar. Por lo tanto, se aconseja que los estudiantes inicien sus sesiones de estudio después de consumir una comida ligera y saludable. Es preferible evitar las comidas pesadas, que desvían una cantidad significativa de energía y sangre hacia el estómago para digerir los alimentos, dejando solo una reserva de energía que se agota rápidamente y no es suficiente para la comprensión, concentración y estudio efectivos.