El impacto de la oración en el bienestar personal

El impacto de la oración en el alma

La oración tiene un efecto educativo considerable en el alma, y entre sus diversos impactos se encuentran los siguientes:

  • La oración enseña a la persona a obedecer a su Creador -Exaltado sea- y a seguir sus órdenes.
  • Inculca en el corazón del creyente la fe en la capacidad, grandeza, misericordia y perdón de Dios -bendito sea-.
  • Embellece y adorna el alma con virtudes morales, tales como la sinceridad, la lealtad, la humildad y la justicia.
  • Al orientarse hacia la Qibla, y unirse a los demás fieles en todo el mundo, la persona experimenta un sentido de unidad y conexión con la comunidad.
  • La oración fomenta en el ser humano la equidad y la sabiduría en todas las facetas de su vida, ayudando a colocar cada cosa en su lugar apropiado.
  • Estimula al individuo a ser puntual y a valorar la importancia del tiempo.
  • La oración previene al creyente de incurrir en actos indecentes y malas acciones; actúa como una terapia para la naturaleza humana, purificándola de impulsos negativos, tal como se menciona en el Corán: «Y establece la oración; ciertamente, la oración previene de la indecencia y lo ilegal; y el recuerdo de Dios es lo más grande. Y Dios sabe lo que hacéis».
  • Uno de los aspectos más significativos que evidencian el valor de la oración en la vida del individuo es que Dios -Altísimo sea- ha ordenado a sus siervos creyentes que busquen ayuda en la oración para enfrentar los retos de este mundo, convirtiéndose así en un medio para satisfacer sus necesidades y atraer la provisión y aliviar sus penas.

El efecto de la oración en la persona y su sanación

El ser humano enfrenta toda clase de problemas, ya sea en el hogar o fuera de él, ya sean personales o sociales. A menudo, resulta difícil liberarse de esta energía negativa, excepto al compartir sus problemas con un amigo cercano o a través de la consulta con un terapeuta. Sin embargo, ¿qué pasa cuando una persona entrega todas sus preocupaciones a Dios -Exaltado sea- y se confía a Él a través de la oración y la súplica?

Al estar de pie ante su Creador, el ser humano siente la grandeza de Dios -Altísimo sea-, reconociendo que es el camino hacia la paz interior y la eliminación de toda emoción negativa, como el miedo o la tristeza. Tal como dice el Corán: «Ciertamente, quienes han creído y hecho obras justas, y han establecido la oración y dado el Zakat, tendrán su recompensa ante su Señor, y no tendrán miedo ni estarán tristes». La oración se considera una terapia efectiva para dominar la ira y la impulsividad.

La oración enseña a las personas a controlar sus emociones, a ser disciplinadas, tranquilas y sumisas a Dios -Exaltado sea-. Además, le proporciona al creyente una energía espiritual extraordinaria que genera calma en su corazón, paz en su alma y claridad mental. Esta energía incrementa la humildad, facilitando la concentración y la meditación, las cuales son fundamentales para combatir el estrés. Por ello, Dios -bendito sea- ha ordenado y alentado a los creyentes a ser humildes en su oración, debido a los múltiples beneficios que esto conlleva para el individuo. Como se menciona en el sagrado Corán: «Ciertamente, los creyentes han alcanzado el éxito, quienes son humildes en su oración».

Referencias del Corán sobre la importancia de la oración para el ser humano

El Corán contiene numerosos versículos que resaltan la importancia de la oración en la vida del ser humano. A continuación, se presentan algunos de ellos:

  • La afirmación -Exaltado sea-: «Oh, hijo mío, establece la oración, y ordena lo que es justo y prohíbe lo que es incorrecto, y sé paciente frente a lo que te suceda; verdaderamente, esto es parte de la firmeza de las decisiones».
  • La declaración -Altísimo sea-: «Muhammad es el Mensajero de Dios, y aquellos que están con él son severos con los incrédulos, pero son misericordiosos entre sí. Los verás inclinados y postrados, buscando la gracia de Dios y Su complacencia; su rasgo distintivo es la marca en sus rostros que proviene de la prostración. Este es su ejemplo en la Torá y su ejemplo en el Evangelio es como una semilla que brota y luego se fortalece, aumentando y elevándose en su tallo, dejando maravillados a los labradores, para irritar a los incrédulos. Dios ha prometido a aquellos que han creído y hecho obras justas entre ellos, perdón y una gran recompensa».

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