Mecanismo de la enfermedad de Parkinson

Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson (en inglés: Parkinson’s disease) se remonta a cinco mil años antes de Cristo y fue reconocida por primera vez en la antigua civilización india, donde se le conocía como (Kampavata). Inicialmente, se trataba utilizando semillas de plantas que contenían lo que hoy conocemos como levodopa (en inglés: Levodopa). En 1817, el médico británico James Parkinson describió la enfermedad en detalle, y desde entonces ha llevado su nombre. La enfermedad de Parkinson es una de las afecciones neurológicas más comunes y es el trastorno del movimiento más prevalente, afectando principalmente a personas mayores de 60 años. Sin embargo, puede manifestarse en etapas más tempranas de la vida. Este trastorno se caracteriza por la pérdida de control sobre los músculos, lo que se agrava con el tiempo, provocando temblores en las extremidades y sacudidas en la cabeza, especialmente en reposo. Los pacientes también pueden experimentar problemas de equilibrio y una desaceleración en sus movimientos. Es importante mencionar que la severidad de la enfermedad varía entre los afectados; algunos pueden llevar a cabo sus actividades diarias sin dificultades significativas, mientras que otros pueden ver gravemente limitadas sus capacidades, llegando en algunos casos a la incapacidad de hablar, caminar o realizar tareas simples. A pesar de ello, la expectativa de vida de las personas con enfermedad de Parkinson no difiere significativamente de la de aquellos sin la enfermedad. Esto significa que aunque la enfermedad no es mortal en sí misma, sí puede aumentar el riesgo de complicaciones que podrían llevar a la muerte, como neumonía y caídas.

Mecanismo de la enfermedad de Parkinson

Dentro del cerebro se encuentran estructuras neurales conocidas como ganglios basales (en inglés: Basal Ganglia), que consisten en un conjunto de neuronas cruciales para la coordinación y facilitación de los movimientos musculares. Su función principal es organizar los cambios en la postura corporal. Para que un músculo se mueva, como cuando se levanta un brazo, el cerebro envía una señal nerviosa a los ganglios basales, que a su vez liberan neurotransmisores (en inglés: Neurotransmitters). El principal neurotransmisor involucrado en esta área es la dopamina (en inglés: Dopamine). Al liberar estos neurotransmisores, los ganglios basales estimulan neuronas adyacentes, permitiendo la transmisión de señales desde el cerebro hacia el músculo en cuestión, en este caso, el brazo. En el caso de la enfermedad de Parkinson, hay un daño en las células nerviosas dentro de los ganglios basales, lo que reduce su capacidad de producir y liberar dopamina. Este deterioro genera un desajuste en la comunicación entre las neuronas, lo que provoca que los pacientes sufran problemas en el control y la movilidad muscular, presentando temblor y alteraciones en el movimiento en general.

Aunque no se conoce la causa exacta de la enfermedad de Parkinson, existe una teoría que sugiere que podría haber una acumulación anormal de una proteína implicada en la comunicación adecuada entre las neuronas, conocida como sinucleína (en inglés: Synuclein). Esta acumulación anómala se denomina cuerpos de Lewy (en inglés: Lewy bodies), que se depositan en diferentes áreas del cerebro, afectando negativamente sus funciones. Además, se ha observado que las personas que padecen esta enfermedad suelen tener familiares que también la sufren, lo que sugiere una posible influencia genética en su aparición.

Tratamiento de la enfermedad de Parkinson

Actualmente, no existe una cura para la enfermedad de Parkinson, aunque se conocen diversas opciones terapéuticas que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Algunas de estas opciones incluyen:

  • Opciones farmacológicas: Estas se utilizan principalmente para controlar los síntomas más destacados de la enfermedad, como el temblor y los trastornos del movimiento. Es relevante señalar que los medicamentos disponibles no son efectivos para todos los pacientes. Las opciones farmacológicas pueden clasificarse de la siguiente manera:
    • Levodopa.
    • Agonistas de la dopamina (en inglés: Dopamine agonists).
    • Inhibidores de la monoamina oxidasa-B (en inglés: Monoamine oxidase-B inhibitors), tales como rasagiline (en inglés: Rasagiline) y selegiline (en inglés: Selegiline).
    • Inhibidores de la catecol-O-metiltransferasa (en inglés: Catechol-O-methyltransferase inhibitors).
    • Apomorfina (en inglés: Apomorphine).
    • Duodopa (en inglés: Duodopa).
  • Opciones quirúrgicas: Aunque el uso de intervenciones quirúrgicas es poco común, el tipo de cirugía más utilizado es la estimulación cerebral profunda (en inglés: Deep brain stimulation).
  • Otros tratamientos: Estas opciones tienen como objetivo apoyar al paciente, facilitando su vida diaria y ayudándole a adaptarse a los síntomas de la enfermedad. Estos incluyen la fisioterapia (en inglés: Physiotherapy), que se basa en ejercicios para aliviar el dolor articular y la rigidez muscular; la terapia ocupacional (en inglés: Occupational therapy), que busca identificar las dificultades enfrentadas por el paciente y aumentar su independencia; y la terapia del habla y lenguaje, entre otros. Además, se ofrecen consejos nutricionales a los pacientes, como aumentar la ingesta de fibra y líquidos para prevenir el estreñimiento, así como realizar ajustes en la dieta para evitar la pérdida involuntaria de peso.

Video sobre la relación entre la edad y la historia familiar en pacientes con temblores

El video aborda la relación entre la edad y el historial familiar en pacientes con temblores.

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