Impacto de los pecados y las transgresiones en el corazón
Es indudable que los pecados y transgresiones tienen consecuencias graves para el ser humano. Una de las más significativas es el efecto que estos tienen en el corazón de la persona. Estas faltas debilitan la motivación del individuo hacia el bien y las acciones justas, mientras que, por el contrario, fortalecen su inclinación hacia la transgresión y el pecado. Como resultado, se produce un retroceso en el deseo de arrepentirse y volver a Dios. Cuando la transgresión se adhiere al corazón, este se convierte en un hábito que el individuo no ve como reprobable, incluso se siente cómodo revelándolo ante los demás. Este fenómeno representa una de las enfermedades más peligrosas del corazón. Además, aceptar y estar complacido con el pecado contribuye a su crecimiento y a la dificultad de abandonarlo. Por lo tanto, la oscuridad del corazón aumenta en la misma medida que crecen los pecados; de tal modo que, a menudo, la persona se encuentra en situaciones adversas que la conducen a cometer grandes pecados y atrocidades. Los predecesores piadosos solían advertir sobre el impacto negativo de las transgresiones en el corazón, señalando que estas dejan una marca oscura y vergonzosa en el rostro del pecador, además de la creciente desarmonía entre él y su Creador, así como con los creyentes que lo rodean.
La impresión en el corazón
Una de las graves consecuencias de los pecados es que, cuando se repiten y el autor de estos se acostumbra a ellos, Dios sella su corazón, dejando en él una especie de óxido debido a esta habitualidad. Este concepto se basa en la versículo: «¡No! ¡Sino que ha cubierto sus corazones lo que solían ganar!» como mencionan los expertos. La idea es que el corazón se corrompe con la acumulación de pecados, y a medida que estos aumentan y se suceden en el tiempo, se cierra y se sella, dejando al corazón atrapado en el pecado. En este estado, es más fácil que el diablo lo manipule, lo que puede llevar a la persona a presumir y alardear de sus transgresiones, quebrantando así la protección divina sobre él. Aquellos en esta situación tienen una necesidad urgente de arrepentimiento.
Consecuencias de exhibir los pecados
La exhibición de los pecados es un indicativo de un corazón endurecido, y una profunda negligencia es un reflejo del mal carácter del pecador y su atrevimiento al afrontar las normas divinas. Además, representa una clara manifestación de la propagación de la corrupción y la difusión de lo ilícito. Esto puede llevar al transgresor a justificar sus acciones, incurriendo así en incredulidad. La exhibición del pecado es también una señal de desprecio hacia las órdenes y prohibiciones de Dios. Es importante que el Islam advierta contra menospreciar los pecados menores, ya que pueden conducir al individuo a incurrir en los mayores. Por ende, un pecado leve, cuando se comete de manera persistente, puede percibirse como un pecado considerable; como dijo uno de los antepasados: «No mires a la insignificancia del pecado, sino a quiénes desobedeciste».