Poemas de Abu al-Atahiya

Realmente, la vida no es un hogar de permanencia

Te aseguro, la vida no es un hogar de permanencia

Es suficiente con el hogar de la muerte, que es un lugar de desaparición.

No te enamores de esta vida, querido hermano, ya que

El amante de la vida es visto esforzándose sin alivio.

Su dulzura se mezcla con amargura,

Y su placer está entrelazado con la fatiga.

No camines un día con ilusiones desmedidas,

Porque fuiste creado del barro y agua.

Poco es el número de quienes encuentran a Dios en gratitud,

Y son escasos los que se complacen con Su destino.

Para Dios, hay grandes bendiciones sobre nosotros,

Y hay bondades y favores que Él otorga.

Y el tiempo cambia continuamente en su diversidad,

Y no son todos los días de un joven iguales.

No es más que un día de miseria y dureza,

Y un día de alegría, así como de bienestar.

No es todo aquello que no espero que carezca de beneficio,

Ni todo lo que deseo será para aquellos que esperan.

Oh, sorprendente es el tiempo, o más bien sus caprichos,

El destino desgarra toda hermandad.

Y la incertidumbre del tiempo disipa toda unión,

Y oscurece cada claridad de la vida.

Cuando mi amigo resida en el umbral de la mortalidad,

Que su ausencia me consuele ante el encuentro.

Visito las tumbas de aquellos que disfrutaron, y no veo

Su esplendor, aunque antes formaron parte de él.

Todo tiempo está ligado con la severidad,

Y cada época siempre se presenta con dureza.

Las defensas contra la muerte son inútiles,

Y todo remedio se rinde ante la misma muerte.

Y el alma del joven se alegra con su crecimiento,

Mas con disminución, todo ser se extingue.

Cuántos redimidos han muerto sin ver a sus seres queridos,

Aunque les dieron su apoyo, no hubo rescate.

Delante de ti, Oh Nauman, está la morada de la felicidad,

Que perdura, mientras que la morada de la desgracia se desmorona.

Fuiste creado para uno de los dos destinos, así que no duermas,

Y mantente entre el temor de ambos y la esperanza.

Entre la gente hay maldad, si ella se manifestara, jamás coexistirían,

Pero Dios les ha otorgado un manto de protección.

Cuando te encuentres solo con el tiempo

Cuando te encuentres solo con el tiempo un día, no digas,

«Estoy solo», sino di «tengo un vigilante».

No creas que Dios se olvida ni por un instante,

Ni que lo que se oculta ante Él desaparece.

Por nuestras distracciones, les aseguro, que se han acumulado,

Los pecados suceden uno tras otro.

¡Oh, ojalá que Dios perdonara lo pasado,

Y nos permitiera arrepentirnos, así nos arrepentiremos!

Cuando el siglo en que vivías ya haya pasado,

Y te encuentres en un siglo en el que eres extraño.

Y si un hombre ha caminado durante cincuenta años,

A una fuente de deleite, le queda cerca.

Tu pariente es quien se te confiesa con amor sincero,

Y no hay parentesco con quien está bajo la tierra.

Agradece generosamente lo que has esforzado, ya que

Por tus esfuerzos, eres compensado, y las deudas son diversas.

Llanto por la juventud

Lloré por la juventud con lágrimas en mis ojos,

Y tanto el llanto como los lamentos no sirvieron de nada.

¡Oh cuánto lamento por esa juventud,

Que el tiempo se la ha llevado y ha encanecido mi cabeza!

Me he quedado sin juventud, y era joven,

Como se despojan las ramas de las hojas.

¡Ojalá la juventud regresara algún día,

Para contarle lo que ha hecho la vejez!

Despréndete de este mundo

Despréndete de este mundo, tal vez logres escapar,

En la piedad y el temor, hallarás tu camino recto.

Vi que la ruina del hogar se embellece con risas,

Cuando el tambor y el laúd se unen en el baile.

¿Oh, engañado, ¿tienes alguna excusa,

Que te sirva como defensa en el día del juicio?

Controlas la incertidumbre de los acontecimientos, pues,

En tu corazón, los eventos siempre se despliegan.

No creas que las circunstancias permanezcan para sus habitantes,

Pueden estar alineadas en un momento, y al siguiente, desviarse.

Quien disfruta de algo, también se siente cansado de ello,

Y quien se aburre también se siente alejado.

Cuando la gente despreciable se aferra, sus mentes se descontrolan,

Así también los obsesivos al tratar con la insignificancia.

Bendito aquel que solo encuentra paz en la piedad,

Y que solo concilia entre el fuego y la nieve.

La muerte es una puerta

La muerte es una puerta, y toda la humanidad entra por ella,

Ay, quisiéramos saber qué hay detrás de la puerta.

El hogar es un paraíso eterno, si actúas conforme a lo que

Complace a Dios; y si fallas, el infierno es tu morada.

Ambos son lugares que los humanos conocen,

Así que observa qué eliges para ti mismo.

La paz de Dios esté con ustedes

La paz de Dios esté con ustedes, ya que yo me despido,

Y mis ojos lloran por la amarga separación.

Si vivimos, Dios nos reunirá nuevamente,

Y si morimos, el fin del mundo nos reunirá.

No has notado el vlaguero en cada instante del tiempo,

Cada señal es un recordatorio de la muerte que brilla.

Oh constructor de este mundo para otros,

Y oh recolector del mundo que no es tuyo.

Veo al hombre apresurándose ante cada oportunidad,

Y la muerte será inevitable para cada ser humano.

Bendito aquel que no posee el reino excepto Él,

¿Cuándo se agotarán las necesidades de quienes nunca se sacian?

¿Quién se esfuerza por un propósito, no sufre,

Hasta que promueve otra meta para alcanzar?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *